ISBN 0124-0854
N º 33 Abril de 1998
EL ARTE DE ESCRIBIR
“… Y si uno se mete en las páginas ensangrentadas da La Ilíada puede perfectamente oír el silbido de las flechas , el rasgar al aire por las azagayas , el sonido de tambor de un escudo da piel de buey , endurecida , que ataja al golpe de la espada de bronce ...”
Por : Mario Escobar Velásquez *
Parece ser evidente que el arte de escriturar nació de dos necesidades del hombre de antes : una , la de comunicar toda suerte de asuntos variados a quien o quienes no estaban al alcance de la voz , y , dos , la de conservar los pensamientos y las elucubraciones de distinta índole que la mente producía , permitiendo volver sobre ellas cuando se deseara . Un par de necesidades que siguen estando vigentes , y que son inseparables del mundo de hoy , de comunicaciones globales y aceleradas , y de inquietudes intelectuales que requieren de satisfacción . Las bibliotecas , tanto las colectivas como personales , son la satisfacción de ese deseo . Recogen la voz , los pensamientos y las técnicas que crearon quienes ya no están , pero que siguen estando . Cuando la mano elige de uno de los estantes de la biblioteca a uno de los tomos de Descartes , por ejemplo , es como si tuviera delante de sí al filósofosoldado , y la lectura es exactamente un recibir de enseñanzas lúcidas , ponderadas , discretas . Realmente uno oye la voz del dueño de esa catedral de lucubraciones brillantes .
Si el elegido es el ácido Nietzsche es lo mismo , variando los tonos . Reposado
el del galo , e inquieto y agresivo el del teutón , pero cada uno de ellos pleno de inquietudes y de dones . Y si uno se mete en las páginas ensangrentadas de La Iliada , puede perfectamente oír el silbido de las flechas , el rasgar el aire por las azagayas , el sonido de tambor de un escudo de piel de buey , endurecida , que ataja el golpe de la espada de bronce . Puede oír el siseo del pez hirviendo que cae de las murallas , y , en la playa de menudas arenas , el flap súbito de una vela deshinchada a la cual el viento le da estructura de vientre de preñada . A través de los tiempos se ha dicho de las Maravillas del Mundo , siete o nueve : el tiempo muda a esas maravillas , que suelen ser perecederas , como los Jardines Colgantes de Babilonia , o el Coloso de Rodas . Pero ninguno de los que elaboran esos catálogos han puesto como la suma de Maravillas al idioma escrito , que , a más : ha demostrado ser duradero mucho más que la piedra . La escritura es una hija del idioma , pero hoy escasamente puede hallarse una semejanza nítida entre el idioma escrito y el oral . Puede decirse que el oral no es dueño de las galas demasiadas , . de los