ISBN 0124-0854
N º 33 Abril de 1998 prestigiosa televisión británica. A finales de los setenta, Rainer Wemer Fassbinder usó la televisión alemana para hacer una adaptación del libro de Alfred Doblin, Berlin Alexanderplatz; llena de obsesiones personales. La televisión demostraba que era capaz de tensar su lenguaje hasta alcanzar niveles de significado complejos, algo que ya lograba la transmisión en directo sin mucha conciencia de estar haciéndolo. Televisión Española ha conseguido en nuestra lengua relacionar fructíferamente la pantalla chica con la literatura. Desde el celebrado Don Quijote, que logró aunar los esfuerzos del premio Nobel Camilo José Cela y del prestigioso actor Fernando Rey, hasta la casi insuperable Teresa de Jesús que permitió la reconstrucción de la andariega santa castellana según las anécdotas tomadas de sus propios libros. Las recientes adaptaciones de La Regenta de Leopoldo Arias“ Clarín” y de seis cuentos de Borges, son los últimos grandes proyectos impulsados por la televisión oficial de España que beben directamente en fuentes literarias. Nuestra misma televisión tuvo alguna vez conciencia del inmenso acervo de la literatura y se animó a hacer versiones inocentes algunas veces, aunque muchas otras francamente perversas, de clásicos de todas las épocas: Cumbres borrascosas, El Jorobado de Nuestra Señora, La vorágine, María, La Mala Hora y una telenovela hasta ahora difícil de superar en criterio y buen gusto, La Tregua, según la novela de Benedetti. Es difícil que nuestra televisión logré imitar la calidad plástica de, por ejemplo, el“ Mahabarata”, la versión del libro épico de la India con guión de Jean-Claude Carriere y la dirección de Brooks, por citar un caso excelso; empezando por las dificultades de presupuesto que se tienen en Colombia para rodar en cine. Pero siempre es bueno recordar que la falta de recursos, es la mejor disculpa para distraer la carencia del recurso esencial: el talento.
* Crítico de cine