Agenda Cultural UdeA - Año 1997 MAYO | Page 7

ISBN 0124-0854
N º 23 Mayo de 1997

Malabarista de la vida

Por : Diego Andrés Guerrero A .
Artista de circo , vendedor de periódicos , cobrador y criador de perros , son algunos de los trabajos que ha desempeñado Carlos Albarracín Carvajal , para poder estudiar comunicación social en la Universidad de Antioquia .
Si alguien sabe lo que significa trabajar y estudiar es Carlos Albarracín Carvajal , pues para poder subsistir y ayudar en su casa , le tocó matricularse desde muy chico en el “ rebusque ”. A los seis años , este hijo mayor de una familia de tradición circense , empezó a vender en las puertas de colegios los mangos verdes que cogía cerca de su casa y la “ gelatina de pata ” que hacía su abuela materna . Tiempo después se hizo ayudante de un voceador de periódicos con quien aprendió el negocio , hasta que a los doce años inició el suyo repartiendo prensa en las cercanías de su casa . Un trabajo que , según dice , era bueno , pero que se le dañó , pues “ había clientes que no pagaban , porque lo veían a uno muy niño ”. Mientras su padre recorría el País con su circo , él se había hecho un experto en repartir el tiempo entre sus oficios y el estudio . Por eso , cuando dejó de vender periódicos , se decidió a rifar pollitos pintados con anilina , en una especie de pesca milagrosa que instalaba en las afueras de algún colegio . Sus ingresos los completaba , con una nueva venta de mango viche y de los buñuelos que hacía su abuela . La madre de Carlos también luchaba a brazo partido para salir adelante , hasta que acosada por las deudas , le propuso a sus dos hijos mayores que se fueran un año para el circo , a trabajar con el papá , “ por lo menos mientras se desahogaba económicamente ”, cuenta Carlos .
“ Yo tenía catorce años . Cuando llegué papá nos dijo que no nos iba a dar plata , pero que podíamos aprender lo que quisiéramos . Y o escogí el alambre , porque pensaba que tenía trampa . Pero ¡ qué va ! Cuando le pedí los zapatos especiales -yo pensaba que tenían imán por debajo o que tenían una suela especial- me dijo :¡ súbase que si se va a caer yo lo cojo por la correa !, y me mostró una polea de la que uno se amarra para practicar .” Carlos dice que con el transcurso del tiempo , el circo Kelly pasó de ser un espectáculo para pueblos a ser el mejor de Colombia . Allí aprendió sus diferentes oficios . Incluso hasta se llevó el mordisco de una leona , que le dejó una larga cicatriz en una de sus piernas . Tiempo después , terminó su bachillerato en Medellín y mientras resolvía su situación militar se encontró con Waldheim García , un amigo del colegio que había pasado a Comunicación Social en la Universidad de Antioquia . “ Él me dijo que me presentara a la Universidad que si él había pasado yo también era capaz .” Por esos días Carlos se torció el pie jugando baloncesto y no pudo volver a tiempo al circo . Entonces , aprovechó para presentarse a la Universidad . Waldheim le prestó la plata para la inscripción , y Carlos pasó a comunicación social . “ imagínese , en la casa nadie había acabado el bachillerato y yo había pasado a la Universidad ¡ un hecho insólito en la familia !”