Agenda Cultural UdeA - Año 1997 AGOSTO | Page 6

ISBN 0124-0854
N º 26 Agosto de 1997

Museo Universitario

Tres exposiciones estarán abiertas del 5 al 29 de agosto en las salas del Museo
Exposición del Taller Tri-Lítico
Lucero Pérez, Jorge Cañas Investigación, hierro y vidrio compendian el proceso, donde el tiempo, el espacio y la luz, sirven de fondo y soporte a la transformación. de la realidad en la obra de arte. La fotografía como medio expresivo contemporáneo, basada en el uso de la luz encuentra en la oscuridad el ámbito de los contrastes. Sin embargo en este trabajo la transgresión de la ortodoxia de los métodos y la luz escindida por ella misma, logra reflejar la gran dicotomía surgida entre la imagen y la vida real. Lo cierto es que como arte visual, en los últimos años el lenguaje fotográfico ha perdido su contexto original, convirtiéndose en un medio hedónico de consumo, el cual trata en esta investigación de ser rescatado en la búsqueda de otras sensaciones, que puedan transmitir experiencias anímicas y psicológicas, ligadas a atavismos ancestrales. La aparente contradicción entre lo escultórico y lo bidimensional, se resuelve en un juego cuya continuidad se expresa en luces, penumbras, transparencias y símbolos, que confirman la imagen reflejada por un gran espejo. En la muestra permanece inacabada la sucesión y juego de contrarios: Eros y Tanatos, Génesis y Apocalipsis, Cielo e Infierno. El metal y el vidrio, elementos de consumo sacralizados por nuestras sociedades contemporáneas, adquieren un nuevo tratamiento conceptual, al anunciar los efectos de una ruptura moral y ecológica, la destrucción y el final de nuestra era. Esta obra pretende ser premonitoria y como toda expresión americana navega en un plano de ensoñación. Su realidad evocadora del pasado anuncia momentos del futuro. La conceptualización de la obra constituye una crítica de nuestra realidad circundante.
Joyas y runas de Clara Inés Piedrahíta
Para hacer el trabajo de esta exposición, la artista retornó el cometido que las joyas tenían en épocas primitivas. Según dice, " aparte de adornar, servían como amuletos o ayudas a quienes las llevaban ". Así, la intención fue trabajar un tema que en sí mismo encerrara un mensaje. De esta manera inicia su trabajo con las runas, inscripciones alfabéticas de la antigüedad salidas de Islandia. Según explica,“ las letras de las runas se expresaban con un sonido melodioso que era usado en inscripciones, poesía y en el arte de la adivinación. Al funcionar como oráculos se convertían en una ayuda interna y espiritual para quienes las consultaban”. Para esta exposición la artista sacó cada runa al azar y luego de consultarla, las elaboró según le dictaba la intuición. Fueron hechas en su mayoría de plata, madera, piedras semipreciosas, plumas que evocan las aves y elementos del agua, como los corales y las perlas. De esta manera cada joya adquiere un sentido especial.
Beatriz Amelia Mejía de Millán Critica de arte
Paseos, fotografía de Rodrigo Isaza, quien también expondrá este mes en el Museo Universitario