Agenda Cultural UdeA - Año 1997 ABRIL | 页面 12

ISBN 0124-0854
N º 22 Abril de 1997

Tan lejos, tan cerca

A la belleza de la tierra y de la naturaleza, el hombre ha contrapuesto un mundo creado a imagen y semejanza de su egoísmo y soberbia. Un espacio gris y deshumanizado que amenaza con destruir a la humanidad. Su incapacidad para establecer una relación adecuada consigo mismo y con el mundo exterior, ha puesto al mundo en una crisis difícil de superar.
Nosotros al igual que los seres de Solaris somos los sobrevivientes de un mundo sin amor que olvidó la necesidad que tienen los seres humanos de los otros seres humanos. Como ellos, estamos aislados y perdemos cada vez más contacto.
Estamos solos y abandonados en un mundo que intentamos controlar y que no acabamos de comprender. Ser parte del mundo, pertenecer a un espacio específico de la tierra es el sueño secreto de la mayoría de los seres humanos. Los hombres, al igual que los árboles, tienen raíces. Unos y otros echan raíces. Unos y otros dan frutos.
En Cross Creek de Martin Ritt se afirma:“ si existe tal cosa como memoria instintiva el conocimiento de la tierra y el agua esta más arraigado dentro de nosotros que el conocimiento de los semejantes(...) No podemos vivir sin la tierra o apartados de ella y algo se marchita en el corazón humano cuando se aleja de ella(...)”
Al final de esta hermosa película, la protagonista concluye algo que se aplica a cualquier lugar del mundo donde estemos:“ me había convertido en parte de Cross Creek. Era más que una escritora. Era una esposa, una amiga, una parte de la tierra. ¿ Quién es dueño de Cross Creek? La tierra puede ser prestada, no comprada. Puede ser usada, pero no poseída. Se da a sí misma en respuesta a amor y ternura. Ofrece sus flores y frutas en cada estación. Cross Creek le pertenece al viento, a la lluvia, al sol, a las estaciones, al sigilo cósmico de la semilla y sobrepasado todo eso: al tiempo”.
Hace falta entender que somos una parte fundamental del mundo y una pequeñísima parte del universo. Que soñamos como los dioses, pero morimos como los hombres. Que estamos aquí para aprender a pensar y a convivir que es, al fin de cuentas, lo más importante, como se dice en Un lugar en el mundo.
Marta Ligia Parra Curadora Encuentro con el Cine