Agenda Cultural UdeA Agosto 2004 | Página 12

Rutas de especias, comidas e identidades:
ISBN 0124-0854
N º 102 Agosto 2004

Rutas de especias, comidas e identidades:

China, india e indonesia

Jengibre, pimienta, canela, clavos de olor, anís, cúrcuma, vainilla, ají, nuez mascada, azafrán, entre otros, son los sabores, especias y condimentos que se entremezclan en diversas combinaciones para crear y reinventar identidades culinarias regionales a partir de las cuales las comidas de China, India e Indonesia transmiten sus memorias ancestrales y contemporáneas. Un conjunto de países con territorios tanto continentales como lnsulares permite la combinación de diversos ingredientes y técnicas que caracterizan la polifonía culinaria de China, India e Indonesia, marcada por su diversidad étnica. De la mano de los distintos pueblos que habitan estas tierras, los diversos sistemas religiosos están dialogando constantemente con sus principios espirituales y con las muchas alimentaciones que la gente debe y tiene que consumir, de tal forma que lo espiritual marca sustancialmente el recetario y el orden de la comida tanto para los creyentes como para los no creyentes. El individuo, al ser creación de la cultura, se encuentra sometido a sus presiones; sin embargo, toda cultura se transforma en la medida
en que se dan cambios en las interrelaciones de sus individuos y con otros grupos humanos. En la complejidad de la relación individuo cultura se introduce el tema de la alimentación. De ahí que lo que los habitantes de China, India e Indonesia comen, con qué y con quién lo comen, dónde y por qué lo comen, está determinado no sólo por los factores psicobiológicos [ necesdad de comer) sino por las marcas y códigos socioculturales: los sistemas religiosos, la división de clases sociales, el estatus y la pertenencia, las modas comerciales, los afanes contemporáneos, las maneras culturales de escoger los ingredientes de sus cocinas en relación con los ecosistemas, y las posioilidades de intercambio con otros pueblos. El temor a lo desconocido, en muchos casos, nos impide reconocer que lo otro nos agrada. Esto no escapa a los procesos alimentarios y, con ello, a los imaginarios que conformamos sobre la comida de otras latitudes. El asco y el desagrado o el incomible picante se desvirtúan en la medida en que se reconoce la diferencia y la semejanza, y nos invita a reconocer lo extraño para ser comido. Después de que eso