Preparatoria
En esta situación, surgen los primeros intentos de las empresas
capitalistas para la implementación de métodos y procesos de
racionalización del trabajo, cuyo estudio metódico y exposición
teórica coincidieron con el inicio del siglo XX. Influencia de los
pioneros y de los empresarios.
El siglo XIX fue testigo de un monumental desfile de innovaciones y
cambios en el escenario empresarial. El mundo cambiaba, las
empresas también.
Las condiciones para qué surgiera la teoría administrativa estaban
consolidándose.
En Estados Unidos, alrededor de 1820, el mayor negocio empresarial
fueron las vías férreas, iniciativas privadas que constituían un gran
núcleo de inversiones para una clase de inversionistas.
Gracias al ferrocarril, se popularizaron las inversiones y los seguros.
El ferrocarril permitió la colonización del territorio y provocó la
urbanización rápida, que creó nuevas necesidades de vivienda,
alimentación, vestido, alumbrado y calefacción, y esto se tradujo en
un crecimiento acelerado de las empresas enfocadas hacia el
consumo directo.
En 1871 Inglaterra era la mayor potencia económica mundial.
En 1865, John D. Rockefeller (1939-1937) fundó Standard Oil;
En 1890, Carnegie fundó el consorcio del acero, que sobrepasó
rápidamente la producción de Inglaterra; Swift y Armour formaron el
consorcio de las conservas; Guggenheim inicia el consorcio del cobre;
Mello, el del aluminio.
A partir de ahí comenzó la integración vertical en las empresas. Los
“creadores de imperios” compraron e integraron competidores,
proveedores y distribuidores para garantizar sus intereses. Junto con
las empresas y las plantas físicas llegaron también los antiguos dueños
y los respectivos empleados.
Así surgieron los primeros emporios industriales, conjuntos de
empresas demasiado grandes que no podían ser dirigidos por los
pequeños grupos familiares.
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