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fragmentado. También sus socios socialdemócratas serían, otra vez,
duramente castigados en las urnas. Una tendencia que parece difícil de
entender si se leen los números macro de constante crecimiento económico,
desempleo a la baja y superávit fiscal récord, pero que expresa desde el
hartazgo con una dirigencia política que lleva décadas sin soluciones a la
profundización de las desigualdades sociales hasta un nuevo nacionalismo
xenófobo encarnado por la derechista Alternativa para Alemania AfD.
Justamente la AfD, primer partido de oposición en el Bundestag y ya
presente en todos los parlamentos regionales alemanes, viene llevando
adelante una feroz campaña en contra de Merkel, persiguiéndola e
interrumpiéndola con silbidos en todos los mitines electorales desde 2017 y
convirtiéndola en símbolo de la supuesta decadencia alemana. Hasta ahora, la
AfD es un tabú en el paisaje político alemán, pero nadie se atreve a
pronosticar qué podría pasar en un gobierno conservador post Merkel.
Además de abrir un posible período de indefinición en Alemania, el
principio del fin de la era Merkel agrega aun más incertidumbre en una
Europa sin liderazgos fuertes, con una negociación trabada para la salida de
Gran Bretaña de la UE, una Italia que desafía los estrictos criterios de la
moneda común y una Europa del Este cada vez más volcada al autoritarismo
nacionalista al estilo del húngaro Viktor Orbán.
La actual coalición liderada por Merkel, que se formó seis meses
después de las elecciones de septiembre de 2017, ya tuvo que superar dos
graves crisis internas. Y los socialdemócratas alemanes, sumidos en una grave
crisis pese a haber logrado la aprobación de varias de sus propuestas en el
Ejecutivo, exigen rever el acuerdo de gobierno con los conservadores dentro
de un año y medio, cuando se llegue a la mitad del mandato, para decidir si
siguen o no en el poder hasta el 2021.
Que lo hagan, y que Merkel se mantenga hasta entonces, podría depender
también de quién sea elegido al frente de la CDU. Las cosas serían más fáciles
para la canciller si en el congreso partidario del 6 y 7 de diciembre en
Hamburgo surge como nueva presidenta Annegret Kramp-Karrenbauer, alias