Ad gentes revista nov_dic | Page 50

Sabías que... En 2015 formó parte de la selección oficial del Festival de Cannes. Pero la sensibilidad de Nuestra pequeña hermana no reside solo en lo honesto de su argumento, sino que se construye desde la contraposición de planos lejanos, mirando desde la amplitud de la imagen y la estan- cia las escenas dialogadas, y los planos ce- rrados e íntimos, acompañados del silencio elocuente y la belleza del contacto humano. Casi parece que la cámara entra furtiva- mente en esos momentos ordinarios pero que llenan de sentido la existencia. Además, el suave toque de humor ayuda a empatizar cada vez más con la historia, y ahí aparece la personalidad de Koreeda, su mirada lim- pia y pura. El director De tal padre, tal hijo vuelve a mostrarnos su extraordinario talento. Diri- ge a sus actores con una sobriedad de gestos que, sin embargo, resulta enormemente ex- presiva. Esos rostros japoneses, que a veces nos aparecen inexpresivos, cobran una ex- traña luz interior bajo su batuta. La vida en su cotidianidad se convierte en espectáculo memorable, y presenciamos el desarrollo de la existencia misma en su trivialidad y, al mismo tiempo, en su grandeza. Nuestra pequeña hermana es una cita con la vida misma durante dos horas. Debajo de una película en que aparente- mente no pasa nada, corre una corriente de vida, de sentido, de paz, de libertad, como pocos directores de cine lo saben encontrar y transmitir. Y aunque la muerte está pre- sente en todo momento —en nuestra exis- tencia y en la película—, la vida resplandece si sabemos ofrecer y acoger algo sencillo pensando en el otro. Es como una gracia in- merecida. Es la vida simple y cotidiana que se vuelve enorme y extraordinaria. 48 AD GENTES NOVIEMBRE · DICIEMBRE 2017