El reconocido director Hirokazu Koreeda
vuelve al tema de la familia, siempre pre-
sente en su filmografía, de la que en México
solo hemos visto De tal padre, tal hijo (en
2014). Aun en una sociedad tan tradicio-
nal como la nipona, Koreeda sabe que la
familia actual ya no es la misma, y aquí lo
hace ver con exquisita naturalidad en un
hogar llevado por tres jóvenes hermanas
que viven de su trabajo y comparten todo
lo que son y tienen. Sachi, la mayor y más
seria, es enfermera y trabaja en cuidados
intensivos y de enfermos terminales; Yo-
shimo es agente de seguros en un banco y
no está tan contenta en sus tareas; Chika,
la más joven, es empleada y presume de ser
buena bebedora, y Suzu sigue estudian-
do con gran dedicación y responsabilidad.
Cuatro personalidades muy diferentes que
van armando una vida cotidiana en común
con la comunicación transparente de sus
sentimientos y opiniones, la resolución de
sus diferencias y conflictos, la ayuda mu-
tua, el cuidado cariñoso por encontrar y
elegir lo mejor para cada una. Una visión
muy contrastante para la sociedad actual tan
centrada en el individualismo, la indiferencia
o la violencia, mientras la película apuesta por
la construcción de la vida en el interés por los
demás, en la comunicación sincera y en el valor
de los pequeños gestos cotidianos.
La historia reposa de forma muy agradable y
bella en esos gestos, sobre todo los de la mesa
compartida. Las cuatro chicas disfrutan al
preparar los alimentos y comer juntas, o en
las comidas acompañadas de amigos o compa-
ñeros, o en la fonda donde una cocinera es fe-
liz sirviendo a sus clientes. El licor de ciruelas
que preparan las hermanas con los frutos del
jardín y la receta de la abuela se convierte en
la comunión con el tronco familiar y con lo
mejor de las herencias.
Sabías que...
La película está basada en el cómic japonés
(manga) Umimachi Diary de Akimi Yoshida.
AD GENTES
NOVIEMBRE · DICIEMBRE 2017
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