diciendo que el ser humano tiene una dignidad
sagrada desde donde se deben plantear las rela-
ciones de convivencia humana. De hecho, para
un cristiano, el respeto a la dignidad humana de
la persona, constituye el criterio fundamental a
la hora de juzgar cualquier estructura, sistema o
programa social.
La humanización: horizonte de la misión
La misión vista desde la óptica de la Encarnación,
nos coloca en el camino hacia la humanización
divina que inicia con la conciencia de servicio a
Dios en el ser humano. Por lo mismo, la evan-
gelización debe mirar a la persona entera, com-
prenderla en su modo de ser y de hacer, sus espe-
ranzas, sus aspiraciones, su historia, sus juicios,
AD GENTES
NOVIEMBRE · DICIEMBRE 2017
sus deseos individuales y colectivos, su modo de
pensar y sus contrastes, a partir de Cristo que es
el único que no cambia.
El Misterio de la Encarnación, al final de cuentas,
nos dice que la dignidad humana y divina es igual
en cada persona, esta es la razón última de los de-
rechos humanos; derechos que no dependen de lo
étnico, lo racial o lo cultural; derechos humanos
que representan valores fundamentales y univer-
sales, cuando estos son garantizados en su globa-
lidad, es decir, teniendo presente las necesidades
básicas, el ejercicio de la libertad, la sociabilidad y
la espiritualidad; entonces se puede decir que hay
un culto en espíritu y en verdad a Dios que tiene
una sola imagen: el ser humano.
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