Y a su vez, comenta Fernández, el éxito del juego
se basa en “no querer dejar una tarea incompleta.
Cuando te quedás sin movimientos el problema
queda en tu cabeza como
en un nivel no resuelto”.
Esta estrategia se agudiza
aún más gracias al excelente manejo de la llamada
“curva de dificultad”. Consiste en hacer que el juego
sea lo suficientemente fácil al principio como para
“enganchar” a todo tipo de
jugadores, pero presentar
ciertos retos en su transcurso para no aburrir.
“Lograr ese dominio
de la curva de dificultad
es una de las tareas más
complicadas para los desarrolladores”, cuenta el
ingeniero uruguayo. En
parte porque no existe
una medida justa, y cada
curva depende de cada
juego y su público objetivo. Y, por otro, “el desarrollador suele pasar
muchas horas jugando
con su producto. Llega
un momento en que todo
le parece trivial y ya conoce las estrategias. Por eso
se sugiere probar el juego
con personas alejadas a la
creación”.
En lo demás, Candy
Crush no cuenta con
grandes dificultades. Su
diseño, su estética e interfaces pueden ser fácilmente creadas por
cualquier desarrollador,
incluso un uruguayo, dice Fernández.
Todo hace pensar que
la popularidad de Candy
Crush siga en aumento,
porque es un juego que elimina toda barrera de ingreso
(quita cualquier posible “pero”). Se accede desde distintas plataformas, es fácil sin
llegar a aburrir, lo puede entender un adulto y un niño,
y es comprensible para un
Famosos
“Perdoname que te llame
a esta hora, pero se me
rompió la computadora y
no puedo jugar al Candy
Crush, ¿podés arreglarlo?”. La frase es de la diva
argentina Susana Giménez. Esa fue la solicitud
que le hizo a su técnico en
informática de confianza
en medio de la madrugada,
hace pocos días, según relata la revista Noticias. No
solo ella es parte de las celebridades que pasan largas horas enchufadas a este
juego. Marcelo
Tinelli es otro
de los fanáticos
de este entretenimiento y ya
superó el nivel 36 (para
principiantes). De hecho
en uno de sus tuits cuenta:
“Estoy enfermito del Candy
Crush. No puedo parar. Y
pensar que le decía a mi
hijo que no se enganche”.
La modelo Victoria Vanucci y su marido, el empresario Matías Garfunkel,
también se confesaron
adictos. Incluso el conductor del Celebrity Splash,
Marley, escribió en
su cuenta de Twitter: “Maldito, me
colgué jugando y
se me hizo re tarde.
A dormir”. En este sentido, este juego trasciende
toda barrera social, intelectual y etaria.
Sociedad
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