Acrópolis Dic. 2013 | Page 35

Y a su vez, comenta Fernández, el éxito del juego se basa en “no querer dejar una tarea incompleta. Cuando te quedás sin movimientos el problema queda en tu cabeza como en un nivel no resuelto”. Esta estrategia se agudiza aún más gracias al excelente manejo de la llamada “curva de dificultad”. Consiste en hacer que el juego sea lo suficientemente fácil al principio como para “enganchar” a todo tipo de jugadores, pero presentar ciertos retos en su transcurso para no aburrir. “Lograr ese dominio de la curva de dificultad es una de las tareas más complicadas para los desarrolladores”, cuenta el ingeniero uruguayo. En parte porque no existe una medida justa, y cada curva depende de cada juego y su público objetivo. Y, por otro, “el desarrollador suele pasar muchas horas jugando con su producto. Llega un momento en que todo le parece trivial y ya conoce las estrategias. Por eso se sugiere probar el juego con personas alejadas a la creación”. En lo demás, Candy Crush no cuenta con grandes dificultades. Su diseño, su estética e interfaces pueden ser fácilmente creadas por cualquier desarrollador, incluso un uruguayo, dice Fernández. Todo hace pensar que la popularidad de Candy Crush siga en aumento, porque es un juego que elimina toda barrera de ingreso (quita cualquier posible “pero”). Se accede desde distintas plataformas, es fácil sin llegar a aburrir, lo puede entender un adulto y un niño, y es comprensible para un Famosos “Perdoname que te llame a esta hora, pero se me rompió la computadora y no puedo jugar al Candy Crush, ¿podés arreglarlo?”. La frase es de la diva argentina Susana Giménez. Esa fue la solicitud que le hizo a su técnico en informática de confianza en medio de la madrugada, hace pocos días, según relata la revista Noticias. No solo ella es parte de las celebridades que pasan largas horas enchufadas a este juego. Marcelo Tinelli es otro de los fanáticos de este entretenimiento y ya superó el nivel 36 (para principiantes). De hecho en uno de sus tuits cuenta: “Estoy enfermito del Candy Crush. No puedo parar. Y pensar que le decía a mi hijo que no se enganche”. La modelo Victoria Vanucci y su marido, el empresario Matías Garfunkel, también se confesaron adictos. Incluso el conductor del Celebrity Splash, Marley, escribió en su cuenta de Twitter: “Maldito, me colgué jugando y se me hizo re tarde. A dormir”. En este sentido, este juego trasciende toda barrera social, intelectual y etaria. Sociedad 33