Acrópolis Dic. 2013 | Page 11

Todo estos pasajeros han sabido lo deliciosamente frecuente que son las roturas de los ómnibus, lo que redunda en una inevitable llegada tarde; y todos han tenido una experiencia cuasi felliniana sobre ruedas. Karen recuerda el revuelo que causó la entrada de un murciélago en el coche. Un pasajero insistía en apoyarse en Alberto para tomar mate, lo que casi se zanjó a piñazo limpio. Stephanie cuenta una venida particularmente escatológica que incluyó un baño fétidamente inutilizable, un niño con problemas estomacales gracias a la insistencia de sus padres en hacerlo desayunar chizitos y una calefacción funcionando fuerte y mal. “Así vivimos, así viajamos, así somos”, concluye Verónica Amorelli. Eso puede ser inquietante. Una vez, se le rompió el ómnibus a la Si bien vos tenés la sensación de que tu día es más corto que el ida y debió tomar dos a la vuelta. “En la perimetral de los demás, en esta vida de locos es un tiempo para uno. de Belloni, una muchacha Se aprovecha leyendo, navegando por Internet con el celular, se desmayó. El ómnibus se escuchando las radios. Así vivimos, así viajamos, así somos. Yo doy paró. Un borracho comenzó a plantearse una duda clases en el IPEP y aprovecho a corregir. Ves las reacciones de la existencial: `¿Qué pasa si se muere esta mujer? Nos gente, sos un poco sociólogo. va a complicar a todos`. Aparece un médico de la na