York), como la Kuhn-Loeb, el Chase Manhattan Bank, la Casa Jacobo Schiff, las Fundaciones Carnegie,
Guggenheim (y posteriormente la Fundación Ford), formaban una estrecha alianza con otras cúpulas
financieras de Europa, como la de la familia Rothschild, con bases en Alemania, Italia, Francia e
Inglaterra.
A ese colosal poder económico se agregaba -en estrecha alianza- el de las agencias internacionales de
noticias, encargadas de encauzar la llamada "opinión pública", en la cual acreditaban ciertas ideas y
desacreditaban otras. Desde mediados del siglo XIX ese grupo venía controlando a la agencia
internacional informativa "Reuter", fundada por Pablo J. Reuters; a la agencia francesa "Havas", de
William Paley y Frank Stanton; a la Associated Press y a la United Press, de Nueva York; a la Columbia
Broadcasting/System (de Radio y luego de T.v.); a la NBC, de Julián Goodman y David Sarnoff; a la
Cadena ABC, de Leonard H. Goldenson, etc. Los más grandes diarios formaban parte de esa red, como
"The New York Times" (de Oachs y luego de Julius Deke Adler); y como el "Washington Post" y la revista
"Newsweek", de Eugene Meyer.
Miles de periódicos de todo el mundo no pertenecían precisamente a esa red, pero su información
internacional procedía de ella.
El círculo de información pública lo completaban las grandes empresas productoras de películas. La Metro
Goldwyn Mayer, de Marcus Low; la Warner, de los hermanos Warner; la United Artist, inicialmente de
Hiram Abrams, etc.
Mediante todos esos recursos la Acción Gradual iba avanzando casi sin hacerse sentir. Nunca parecía
radical, aunque sus metas siempre han sido tremendamente radicales. Y tampoco ha aparecido como
intolerante, sino como "liberal" o "demócrata". Su empuje es sutil sobre filosofía, ciencia, teología,
educación, jurisprudencia, economía, historia, psicología y sociología.
AVANCE DE LA LlNEA VIOLENTA.- Mientras la Acción Gradual iba ganando importantes posiciones en
Occidente, en Rusia crecían los fermentos de una revolución violenta.
Hacía siglos que la numerosa población chazar (más de seis millones) radicaba en aquel territorio.(1)
Frecuentemente tenía choques con la población y con el régimen, al grado de que el zar Alejandro II fue
asesinado en 1881 por un chazar llamado Vera Fignez.
Los chazares (de origen hebreo) habían acogido las ideas marxistas. En 1897 ya tenían una asociación
secreta, denominada Bund.(2) En 1905 promovieron un levantamiento, pero fracasaron.
Poco después la primera guerra mundial les dio oportunidad de atraer numerosos partidarios (con la
promesa de darles tierras y de poner fin a la guerra). Promovieron motines, derrocaron al zar, lo mataron e
impusieron el primer régimen marxista. Los jefes eran León Davidovich Bronstein (posteriormente
conocido como León Trotsky); Vladimir lIitch Lenin, José Stalin, Kamenev Rosenféld, Apfelbaum Zinoviev,
y otros muchos de la misma estirpe.
En seguida sobrevino la contrarrevolución de los generales anticomunistas Kolchak, Deniken y Wrangel,
que puso a los bolcheviques en grave situación, pero entonces éstos contaron con la ayuda (dinero y
armas) de sus "hermanos" de ideas y de sangre, que operaban en Occidente. (Casa Kuhn-Loeb, Jacobo
Schiff, Jacobo Furt, Goldfogle, y otros).
Los generales nacionalistas no tuvieron ayuda exterior y perdieron.
La línea marxista violenta, practicada en Rusia, dio resultados rápidos y radicales, aunque su terrorismo le
atrajo desprestigio. Pese a que la gran prensa de Occidente trataba de no hacerlos resaltar, los crímenes
masivos cometidos en Rusia horrorizaron a Europa. Los términos "marxismo", "bolchevismo" "comunismo"
eran sinónimos de crueldad asesina.
En cambio, los de la línea pacífica se desenvolvían sin provocar reacciones. John Dewey (psicólogo,
filósofo y pedagogo americano); Bertrand Russell (filósofo inglés), y Harold Laski (profesor de Harvard),
fueron a la URSS para elaborar planes de educación, y lo hacían bajo el prestigio de la cultura y el
humanismo. Difícilmente se les podía tachar de marxistas.
Dichos planes incluían ideas de Tomás Enrique Huxley (ideólogo de la evolución de .Ias especies"). Veinte
años después su nieto Julián Huxley sería director de la UNESCO (dependencia de la ONU para la
educación y la cultura), e impondría en todo el mundo las enseñanza de que el hombre no fue creado por
Dios (inexistente), sino que surgió de la materia inerte por accidentes físico-químicos.
Al regresar a EE.UU., Dewey precisaría: -No hay verdades eternas; no hay leyes morales inconmovibles;
el hombre no tiene mente o alma tal cual siempre hemos entendido estos conceptos, pues sólo hay un
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