Mejorar las funciones cardiovasculares, la presión arterial, la circulación sanguínea.
Aumenta la creatividad, favorece la resolución de problemas y todos los procesos cognitivos, atención, concentración, entre otros.
Mejora nuestra esfera espiritual, conectándonos con el entorno y con nuestro ser interior.
Caminar libera endorfinas que nos hacen sentir bien, calma la ansiedad y la depresión, al estimular la producción de serotonina.
Reduce los niveles de cortisol y adrenalina que causan el stress.
Fortalece el sistema inmunológico, aumenta la producción de antioxidantes, liberando los radicales libres.
Aumenta la energía y oxigena nuestro cuerpo, revitalizándolo.
Con cada paso que damos, mejoramos la densidad ósea y fortalecemos el sistema esquelético y las articulaciones, flexibilizando los movimientos.
Estimula el sistema endocrino, elevando la producción de las hormonas que equilibran el cuerpo manteniéndolo saludable.
Mantiene bajo control los niveles de azúcar, caminando se quema el exceso de azúcar.
Regula el colesterol, aumenta el colesterol bueno.
El cuerpo libera la inflamación, reduce la rigidez.
Aporta beneficios para dormir, relajarnos y descansar.
Mantiene el cuerpo joven, flexible, enérgico, alegre y relajado.