El concepto de Patria Grande se remonta a las guerras de independencia en Latinoamérica.
Era proclamado por los grandes libertadores San Martin y Bolívar y las facciones afines en los distintos puntos de los virreinatos. Es más, el Virreinato del Rio de la Plata incluía a lo que hoy son los países de Argentina, Bolivia, Paraguay, Uruguay y la parte sur de Perú y Brasil (Chile, aunque no parte del virreinato, también envió delegados). Cuando el Virreinato del Rio de la Plata declaró su independencia de la corona española lo hizo en nombre de y con delegados de todas estas regiones. El documento final fue escrito y firmado tanto en español como en quechua porque los pueblos originarios estaban plenamente representados.
¿Qué pasó entonces que La Patria Grande se desmembró en distintos países? Desde el comienzo hubo dos posiciones contrarias y muy fuertemente defendidas en los territorios. Estaban los criollos que defendían la pluralidad de los pueblos trabajando en conjunto por intereses comunes; los comerciantes se dividían entre ambas tendencias, y por el otro lado estaban los terratenientes que respondían a sus propios intereses atados a los intereses de Inglaterra (grandes productores de granos y carnes que
vendían en Europa). Estos últimos prevalecieron y la desintegración de la Patria Grande fue el resultado. Esta división se viene repitiendo hasta nuestros días. Los gobiernos populares y progresistas de Latinoamérica buscan la integración de la región, mientras los gobiernos neoliberales la resisten. Estos últimos siguen prevaleciendo y han sido los que facilitaron, por acto u omisión, los diversos golpes militares del último siglo y la rivalidad entre países.
La primera década de este siglo vio un resurgimiento en acción del concepto de Patria Grande con la UNASUR, sólo para ser desbaratado en la segunda década por una ráfaga de gobiernos neoliberales. En esta tercera década, Latinoamérica nuevamente está gobernada por gobiernos progresistas en México en el norte hasta Argentina en el sur. Organizaciones como el Mercosur, la CELAC, y la reciente XXVIII Cumbre Iberoamericana de Jefes y Jefas de Estado y de Gobierno, buscan nuevamente la integración regional.
La pregunta que nos hacemos es la siguiente: ¿en el mundo actual el concepto de Patria Grande es todavía válido, o debemos abrirnos a nuevas fórmulas que no generen división y no estén afianzadas en el rencor mutuo? ¿Y cómo sería esto?