ella. En julio nos casamos. Su padre estaba furioso hasta que supo que estaba encinta. Pero a
pesar de todo nunca me deseó buena suerte, ni nada y eso siempre me pesó. Después que nos
casamos, trabajé en una estación de servicio cerca de Kansas City. Trabajaba de las ocho de la
noche a las ocho de la mañana. A veces mi mujer se quedaba toda la noche conmigo; temía
que no lograra estar toda la noche despierto, así que venía a ayudarme. Luego me hicieron una
oferta para trabajar en la Perry Pontiac que acepté de mil amores. Era un empleo muy
satisfactorio aunque no ganaba mucho, sólo 75 dólares a la semana. Me llevaba muy bien con
los demás y mi jefe me tenía simpatía. Allí trabajé cinco años... Mientras trabajaba allí
empecé con una de las cosas más bajas que he hecho en mi vida.
Aquí Hickock revelaba sus tendencias homosexuales, y tras describir algunas de sus
experiencias como muestra, seguía:
Sé que está mal. Pero en esa época nunca pensé, ni por un momento, si estaba bien o mal. Lo
mismo que con el robo. Parece ser un impulso. Algo que no le dije con respecto al caso