Rodando pude percibir las diferencias que no se ven, pero se sienten: el volante motor monomasa que permite aceleraciones más rápidas (y un ruido y una estabilidad al ralentí discutible), la absoluta falta de amortiguación y el sonido profundo y gutural del bóxer 3.6. La ligereza del conjunto era palpable desde el mismo momento de abrir la puerta del conductor y se acentúan al librar la más comprometida de las situaciones en conducción.
Nunca he conducido un coche que sea tan directo, tan sincero y tan radical al rodar sobre el asfalto. La dirección sin asistencia, es un verdadero tormento a baja velocidad o en maniobras. Sin embargo, es la mejor forma de estar en contacto con el coche y que éste responda solícitamente a tus instrucciones. Durante esos 2000 kilómetros fui conociendo a mi nuevo compañero de fatigas, pero no fue hasta llegar a territorio nacional, que empezamos a intimar.
TRAMOS DE MONTAÑA
Los primeros meses nos dedicamos a rodar por los habituales tramos de montaña en los que yo tenía referencias del comportamiento de otros coches y donde podría empezar a establecer comparaciones con lo que conocía. Y, sinceramente, nuevas referencias se abrieron ante mí: no en cuanto a potencia pura y poder de aceleración que, sin ser malas, tampoco son de las que te dejan impresionado: 260 cv de potencia dan para lo que dan, aunque solo tengan que arrastrar 1230 kg… pero la forma en la que este coche se pega al asfalto y culebrea a pesar de su motor asomado al balcón trasero, te hacen preguntarte si el velocímetro funciona correctamente. El paso por curva es sencillamente magistral, con una elevada agilidad en las curvas más lentas y unas ganas de fiesta en las curvas rápidas, motivadas principalmente por su estrechez de vías y su corta batalla.
No obstante, es un coche que llegando al límite en curvas rápidas, va deslizando de sus cuatro ruedas sin demasiados malos modos, a no ser que cambies el equilibrio: un simple ahuecamiento en el gas, puede hacer que lo que podría haber sido una gran trazada con tiralíneas, se convierta en un movimiento de peonza… esto, que a elevada velocidad tiende a preocupar, se convierte en un gran arma en las curvas de velocidad media: como buen 911, eso de tener todo el peso atrás, a veces pasa factura produciendo cierto subviraje, algo a lo que el RS no es tan asiduo gracias a su agresivo diseño de suspensión, pero no es inmune.