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“si no te lo quedas tú, me lo quedo yo”

Recordando las reseñas de la época, me quedaba más que claro que un coche en el que, al pasar sobre una moneda sabes si está de cara o de cruz por lo radical de su suspensión, no era quizás el compañero ideal para hacer un viaje de 2000 kilómetros en dos días, así que sopesé el contratar un transporte… pero que narices, lo suyo es que los coches caminen y este pobre RS no había caminado mucho en sus casi 12 años de vida… la opción final fue traerlo rodando.

Al llegar al lugar de la cita para recogerlo y a pesar de las mil quinientas treinta y cuatro veces que había mirado las fotos que me habían mandado, la sensación que me invadió es indescriptible. Allí estaba, parecía que acababa de ser fabricado… impecablemente conservado y mantenido, ya que perteneció a una colección privada que se había disgregado por el fallecimiento del propietario original…

NADA DE DIRECCION ASISTIDA

Como si de un checklist se tratara, empecé a comprobar todos y cada uno de los puntos que diferencian un RS de un Carrera 2: nada de dirección asistida, nada de aire acondicionado, nada de motores eléctricos (salvo el del limpiaparabrisas), ventanillas de 3 milímetros de grosor frente a los 4,7 habituales, airbag olvidado, insonorización interior erradicada, moquetas del maletero inexistentes, depósito del limpiaparabrisas reducido a la mínima expresión, paneles de puerta RSR, llantas Cup forjadas de magnesio… las únicas modificaciones que este coche había recibido eran, un equipo de sonido y una la luneta térmica trasera… y los baquets de cuero rojo… todos los RS de color rojo, llevaban el tapizado de los asientos en una combinación de degradado gris y cuero negro… pero este no… con el tiempo y gracias a algunos expertos que indagan hasta la enfermedad, supe que posiblemente se tratara de un pedido Exclusive a fábrica… posiblemente.

Una vez completada la operación y con unas placas provisionales, emprendí el viaje de vuelta. Era un mes de enero de 2004 por lo que el clima en Alemania y Francia, por donde había que pasar, no era el más adecuado para un coche sin protección anticorrosión y con la única ayuda de un sistema ABS recalibrado en dos etapas para ajustar la frenada a las duras condiciones de un circuito.