65LA CIUDAD DE LAS CASAS DE MADERA_1 | Page 41

Sin embargo , Guayaquil se levantó sola con el esfuerzo de su pueblo .
Se continuó construyendo con “ tablazones de madera , cabezales de guayacán y pilares cortados en forma de rayo de Júpiter , de chanul y Figueroa …” y el río fue la vía que permitió el comercio desde las haciendas y se abría a los barcos de países lejanos .
Pasarían dos siglos para que el poeta Pablo H . Vela escribiera “ Ciudad querida de mis dulces horas , no detengas el ritmo de tus pasos , los pueblos como tu tiene auroras , la vanguardia no sabe del ocaso … Que importa que te roben o te incendien , si la misma tragedia te hace grande …
El acta del cabildo termina : “ En testimonio de la verdad . Firma José Ignacio Moreno . Escribano del Cabildo y Real Hacienda .