65LA CIUDAD DE LAS CASAS DE MADERA_1 | Page 120

La brisa corría en septiembre como un viento de otoño por las calles vacías .
Todo pasaba tan rápido que creía que la vida se iba como el humo en el viento , lentamente hacia el olvido , lentamente bajo la lluvia de un otoño lento .
Una vez llegado a su ciudad , sintió el llamado del amor . Su prima Rosa de Ycaza y Silva era la linda muchacha , cuya sonrisa le iluminaba los ojos con un brillo especial .
Años atrás , los padres de la joven habían encargado a un pintor el retrato de la virgen a cuyos pies se observa a la niña adolescente sosteniendo un cordón de la Virgen . Este óleo está colocado en la Iglesia la Merced de Guayaquil .
Por las calles del Guayaquil del siglo XIX en las casas había tantos maceteros de flores en el balcón , que si se abría la ventana de chazas parecía que entraba cantando la primavera .
Dicen los cronistas enamorados que era tal la hermosura de las muchachas que si cerraban sus ojos parecía que anochecía
Lentamente iba aprendiendo a dejar que la vida suceda , y comprendía que el amor estaba más allá del tiempo y del espacio …
El 24 de mayo de 1817 , la iglesia matriz , situada frente a la plaza de la Estrella , ( hoy parque Seminario ) estaba llena de flores .
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