3er Reencuentro Generacional FCC REVISTA DE REENCUENTRO | Page 27
Amigas hasta la eternidad
N
uestras vidas están llenas de vivencias, perso-
nas, recuerdos y mucho más... unos tristes y otros
alegres, pero todos enriquecen nuestra existencia
día con día. La imagen de aquella mañana de julio de
1985 sentada una al lado de la otra esperando inscri-
birnos en el curso de la facultad, aún se encuentra
en mi mente como si fuera ayer. Aquella mañana
Dios puso en mi camino a un ser excepcional quien
se convirtió en
parte de mi vida
de forma extraor-
dinaria. Seleccio-
nar imágenes para
este momento es
tan difícil, existen
tantas de igual
cantidad de experiencias compartidas… nos conver-
timos en una familia y tú "mi linda hija" como solías
firmar cada tarjeta de cumpleaños me enseñaste
infinidad de lecciones de vida.
Contigo compartimos tantas tareas, viajes, fiestas e
incluso nuestras salidas a la disco como solíamos lla-
mar a lo que hoy los jóvenes llaman antros.
Cómo
recuerdo
aquel pri-
mer viaje
a Coco-
yoc,
a
Guana-
juato, a
Puebla, a
Guadala-
jara, a San Luis Potosí, a Matamoros, etc. Nuestros
tranquilos y agradables fines de semana en Busta-
mante… no
importaba
el
lugar
sino
la
compañía
y disfrutar
cada mo-
mento
y
para eso solo bastaba nuestra amistad.
Hacer una tarea contigo implicaba cuidar todos los
detalles, no se diga se la actividad consistía en una
sesión fotográfica o un video, prácticamente querías
mandar derribar aquello que estorbaba a la idea que
traías en mente.
Compartir las experiencias de nuestros primeros tra-
bajos y conocer tus logros y éxitos en tu vida profe-
sional era un motivo más para sentirse orgullosa de
ser tu amiga.
Podría continuar escribiendo tantas anécdotas jun-
tas y todas ellas impregnadas de tus hermosos senti-
mientos y valores que te hicieron siempre única. To-
dos los que te conocimos somos afortunados y nos
quedamos con un gran tesoro al saber que fuimos
parte de tu vida.
No te decimos adiós, porque seguirás en cada uno
de nuestros corazones. Hoy nos abrazamos Lupita,
la Peque, Normita y tu querida Mom con tus recuer-
dos, tus sonrisas, tus genuinos besos, tu radiante
mirada, tus sedosos rizos, tu fuerte carácter, tu alma
bondadosa, tu auténtica forma de ser para ser fuer-
tes como tú lo eras y continuar nuestro camino con
la esperanza de que algún día nos volveremos a re-
encontrar en la eternidad.
Con amor y nostalgia, Alejandra Rojas