entonces ocho años. Recuerda los primeros días de normalidad (la gente seguía
casándose y haciendo celebraciones) y el paulatino régimen de terror y carestía impuesto
por los alemanes. De su propia experiencia se sirvió para rodar la adaptación
cinematográfica El pianista, localizada en el gueto de Varsovia. Los alemanes
prepararon un campo poco conocido, Plaszów, a pocos kilómetros de la fábrica de
Schindler. Antes del final de la guerra decidieron -y en este caso ejecutaron- un proceso
sistemático de barrido de pruebas de sus crímenes.
Los cadáveres enterrados de presos fueron exhumados y quemados. Se destruyeron todos
los barracones. Hoy queda sólo un edificio donde entonces estaban dependencias
administrativas, habilitado como bloque de viviendas. El área es una zona de
esparcimiento de los habitantes de Cracovia. Los corredores ignoran que pisan un campo
de cenizas humanas.