25 años de la Condesa Eylo I | Page 105

Se trataba de magia,la cual siempre me había llamado la atención, aunque mi marido el conde nunca lo supo, claro está. Mi nuevo descubrimiento me animó a seguir paseando por aquellas dependencias, ya con más tranquilidad. Asombrada, observé que la magia, ahora llamada tecnología, había logrado minimizar todas las catapultas de la ciudad y las tenían guardadas en aquella especie de taller para que los niños jugaran con ellas. Era evidente, esta generación no las necesitaba,habían logrado convivir en paz.