Estaba sorprendida con la imaginación de mi hija. Pero lo estaba aún más por que, en ese momento, entendí que no importaba que religión profesáramos, ni cuales eran nuestras costumbres. Comprendí que a pesar de nuestras diferencias, de todos los problemas políticos y sociales que se padecen en el mundo, lo realmente importante es estar agradecidos por todo lo que tenemos. Lo urgente es aprender a compartir. Muchas veces nos empeñamos en ver las cosas negativas, en ver nuestros defectos, en poner nuestra atención en lo malo que hacen y dicen los otros. Cuando hasta una sonrisa compartida puede alegrar el día de otra persona.
Yo me siento muy agradecida con la vida por tantas bendiciones: Familia, salud, amigas y amigos, el lugar donde vivo, el poder escribir aquí y hacer uno de mis sueños realidad.
Deseo que todos encontremos paz, amor y felicidad en cada milagro que nos ocurre cada día. Que escuchemos lo que nuestro espíritu nos quiere decir y trabajemos para realizar todos nuestros anhelos, sabiendo que la respuesta siempre esta dentro de nosotros.
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