Desde las épocas más remotas, la conmemoración de la Navidad, generalmente, es un momento especial para cada uno.
No hay distinción de razas, credos ni ideología política que pueda impedir que en esa fecha haya una reunión de familia, una reunión de amigos, o simplemente conmemorarla desde lo más íntimo del corazón, a solas con los pensamientos.
Para muchos puede significar algo profundo desde el punto de vista espiritual, pero paralelamente las fiestas tradicionales, tanto la Navidad como el Año Nuevo, pueden estar envueltos en excesos y desbordes en las comidas, en las bebidas, así como en la preparación social-personal.
¿Por qué no reparar en el símbolo que acompañan estas fechas con la inocencia y humildad de un niño? Poder renunciar a gustos personales y caprichosos, que están avalados por un ego que no mide consecuencias y que puede perjudicar y ensombrecer la conmemoración real y verdadera de este trascendental momento.
Para otros puede significar estar alejados del bullicio, sentirse solos y deprimidos, y otro sector, al tener que trabajar en estas fechas, y que podrían estar molestos o angustiados porque se encontrarán lejos de sus familiares y amigos.
Amar es dar, sin esperar nada a cambio.
Éste es el mejor regalo que podemos preparar para esta Navidad.
ELIZABETH SANTÁNGELO ARGENTINA
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UNA FELIZ NAVIDAD