2 Generaciones Número 7 | Page 33

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Se preguntarán, ¿Dónde quedó la fe y la cuestión religiosa, con tanto preparativo que parecía ser sólo para la fiesta? En la posada de Joaquinita y don Nicho.

La gente empezaba a reunirse tan pronto empezaba a oscurecer, los invitados principales: Los Peregrinos María y José, hermosas figuras talladas en madera por el mejor artesano, don Luz, que además en su tiempo libre enseñaba el catecismo a los niños, a quienes hacía reír con una simpática canción, que tristemente no recuerdo, sólo recuerdo que nos reíamos mucho.

Escogían a los muchachos mayores, para llevar a los peregrinos, de tal manera que fueran cargados con cuidado. Ellos iban al frente seguidos por todos, con nuestras velitas y luces de bengala que en la noche ve veían como pequeñas estrellas chisporroteando, mientras empezábamos a cantar: “Pisando la escarcha deshaciendo el hielo, va para Belén, la reina del cielo…” Después de una vuelta por el patio llegábamos a la puerta donde pedíamos posada, “En nombre del cielo, os pido posada, pues no puede andar mi esposa amada”. Dentro esperaban, contestado los cánticos, y con el último verso: “Entren santos peregrinos, reciban este rincón, aunque es pobre la morada, os la doy de corazón”, abrían para dar paso a los peregrinos y a nosotros por supuesto.

No, ahí no termina, sigue el rosario para arrullar al Niño Dios, encabezado por don Tiburcio, hermano de don Nicho, casi, casi el rezandero oficial,. Luego de cada misterio se le canta al niño ” A la rorro niño, a la rorro, ro…” mientras los padrinos elegidos lo mecen en un paño. ¡Qué larga nos parecía la espera para romper las piñatas!, pero qué hermoso recuerdo el recibir esa pequeña figura de yeso representando a nuestro buen Jesús, para con devoción y ternura besar sus piecitos o sus manitas cual si fuera un bebé de verdad.

¡Pero, si es de verdad! Porque el Niño Jesús nacía y se acunaba en nuestros corazones de niños también.

Con Jesús ya en su pesebre al cuidado de María y José, rodeados por los animalitos e iluminados por la Estrella de Belén, que más tarde guiará a los Reyes Magos a conocer al Niño y llevarle sus presentes. ¡Lo más importante estaba realizado!

¡Ahora sí, a romper las piñatas!

MAGGIE CONTRERAS MÉXICO