SOFIA E. GARCÍA MÉXICO
En el año 2000 se corrió la noticia de que se “acabaría el mundo”, y fue motivo suficiente para que cientos de personas en el mundo se alarmaran y tomaran decisiones como el suicidio individual y colectivo. Otras más optaron según sus religiones y credos por orar, hacer sacrificios, hacer promesas que después se les olvidaron o buscar la forma de pactar con el Ser Supremo. Cabe mencionar que en nuestro país se observaron grandes filas en los templos para prepararse ante semejante acontecimiento y con ello asegurar un lugar cerca del Creador.
A partir de ahí se sucedieron nuevamente estas situaciones repetitivamente, sin que nadie hiciera algo para suspender esta ola de rumores que vienen a desestabilizar a familias enteras ante el terror de semejante suceso. Y yo lanzo un pregunta, ¿alguien me puede comentar en qué momento Dios, Jehová, El Supremo Arquitecto, El Creador o como le conozcamos según nuestras creencias nos envió la fecha exacta en que se terminaría el mundo?, ¿Cómo nos atrevemos a utilizar su sagrado nombre para amedrentar bajo la amenaza de esta catástrofe? Hasta donde yo sé, Dios es Amor, y nadie tiene la autoridad moral para venir morbosamente a crear esta atmósfera de angustia. Sé perfectamente que los medios de comunicación como siempre han destacado noticias como Las Profecías Mayas, las de Nostra Damus etc., y no nos percatamos de que si Dios deseara terminar con la existencia del mundo ¿necesita una fecha exacta?
Ante tanta maldad que hay en el mundo, de todo tipo, pobreza, enfermedades, drogadicción, pandillerismo, hambruna etc., en nuestro planeta no nos ocupamos unos momentos de ver ¿qué podemos hacer para ayudar a nuestros semejantes? Nos preocupamos por saber que pasará sin pensar que nosotros mismos con nuestra pereza, apatía y soberbia, hemos ido cada vez lastimando a nuestro amado planeta. Dios nos dio un cuerpo físico y ¿qué hacemos con él? ¿Lo cuidamos? Nos dio la naturaleza, ¿la protegemos? Y así podríamos seguir sin darnos cuenta que lo esencial en el ser humano es el amor, en el mundo hacen falta personas que nos digan que sin amor somos unas marionetas, el ser humano debe ver lo bueno que existe en cada cosa, compartir y sobre todo generar un cambio en nosotros para el bien del mundo que nos rodea.
PARA REFLEXIONAR
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