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Abril Amable - Un día sin Agua
En muchas ocasiones escuché que estamos formados de agua y así es, al nacer el cuerpo humano posee un 75% de agua y cerca del 65% en la edad adulta, es mas, había escuchado que beber suficiente limpiaba tu cuerpo y ayudaba a curar enfermedades. En lo que no había reparado era en qué iba a hacer si me faltaba. He sido muy celosa en cuidar el agua que utilizo: cada vez que me baño y baño a mis hijos pongo una cubeta en lo que sale caliente y esa agua es reutilizada siempre.
Muy temprano me levanto, hago el desayuno y nos bañamos muy rápido. Feliz llevo a mis hijos a la escuela, regreso a limpiar, lavar platos, lavar ropa, como cualquier día común, pero el otro no lo fue: pongo la ropa en la lavadora, la pongo a trabajar y me dispongo a lavar los platos, veo poca presión y asumo que es por que estoy utilizándola en dos lados pero poco a poco se acabó. Entonces me di cuenta que mis vecinos de los pisos superiores ya no tenían agua y habían bajado a revisar que pasaba. Como me encargo de la tesorería del edificio comenzaron a buscarme angustiados, enojados para que hiciera lo necesario y buscara agua. Por supuesto que jamás me había enfrentado a esa situación y no tenía idea de qué hacer. Busqué en internet para solicitar a la Delegación, en donde no me contestaban y cuando lo hicieron me pidieron que me presentara allá, metiera mi solicitud y esperara turno. Busqué empresas particulares que vendieran una pipa por que ya todos pedían que, aunque costara mucho la comprara, nadie contestó. Finalmente se me ocurrió llamar a una amiga que trabaja en la Delegación, ya que muchas veces es mas sencillo así, con una recomendación, y así fue. Tuvimos que esperar un día mas para que llegara la pipa y llenara la cisterna y pudiéramos de nuevo tener el líquido vital.
Al día siguiente, las actividades se normalizaron, los ánimos de mis vecinos fueron menos violentos, los uniformes de mis hijos pudieron estar limpios, nos pudimos bañar y sobre todas las cosas, pudimos beber agua. No había reparado en que la falta de ésta pudiera traer tantas y tantas consecuencias. En mi opinión podría hasta haber guerra y enfermedades...
Ahora todavía soy mas cuidadosa con su uso y mientras escribo esta experiencia disfruto un gran vaso de agua que no se si me cure y no se si de verdad la mayoría de mi peso se lo debo a ella o no, lo que si sé es que sin ella no puedo vivir y valoro cada vaso. Se que deseo conservarla por mi bien y el de mis hijos, pero este es sólo mi punto de vista…