Diana Toscano
8
Hay vidas que nacen para cambiar, cambios que nacen para crecer y cambios de rumbo justo en medio del camino. Pero nada sucede de repente; hay un instante en el que, si estamos atentos, nos damos cuenta de que las cosas que nos ocurren se gestaron dentro de nosotros mucho tiempo atrás.
Inclusive esa canción, esa pintura, ese viaje, esa persona, esa inspiración, esa oportunidad, ese evento, ese accidente, esa situación, ese libro, esa enfermedad, esa emoción, ese deseo, ese nuevo sueño y ambición se fueron construyendo mediante nuestros pensamientos, sensaciones, acciones y proyecciones (usualmente inconscientes). Ellos crearon o atrajeron a nuestra vida eventos que nos llevaron a pensar de una manera determinada. Lo que, a su vez, despertó deseos positivos o negativos en nosotros y tal vez hasta nos abrió los ojos a aquello que antes parecía no existir. Nuestra nueva visión pudo entonces habernos llevado a los lugares precisos, en el momento perfecto, con las personas indicadas y ahí manifestarse el cambio. Entonces encontramos esos puntos de inflexión, formas que nos traen mensajes de aquello que en lo más profundo sabemos de nosotros mismos y que nos recuerdan lo que nuestra alma anhela.
Todo es en realidad un eco de ti…
Por lo general, estos giros suceden siempre primero dentro de nosotros para luego reflejarse en nuestra realidad física. Usualmente no somos conscientes de lo que hicimos para generar las circunstancias que se nos presentan. Cuando el cambio es positivo ni siquiera nos lo preguntamos, pero cuando el cambio es difícil usualmente surge la pregunta ¿Qué hice yo para merecer esto? O ¿Qué no hice? ¿Cómo fue que llegué aquí?
El cambio para mí se ha dado a veces en pequeñas dosis. Hubo momentos que transformaron las expectativas de mi vida y el concepto de lo que esta debería de ser. Sucedió cuando estuve a solas, en mis cambios de residencia, mientras fluía por las etapas de mi vida, cuando conocí otras culturas, durante mis viajes a lugares exóticos. En estos momentos surgieron los deseos más glamorosos y las historias inspiracionales que parecían provenir de un cuentos de hadas. Ahí, frente a las grandes obras, humanas y divinas, nacieron mis promesas internas y también las promesas eternas. Todo esto fue ajustando poco a poco por grados el rumbo de mi vida, la mayoría de las veces de manera, al menos, semiconsciente.
"El cambio no es un momento en la vida, es un camino"