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Reciclaje de las Emociones

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Diariamente tiramos al bote de la basura diversos materiales que una vez que han cumplido su función ya no son necesarios (empaques de cartón, ropa vieja, desechos orgánicos, etc.), aunque no precisamente son basura, simplemente hemos decidido que ya no son útiles.

Y de la misma forma en que nuestro cuerpo recibe los nutrientes a través de los alimentos, que procesa mediante el metabolismo encargado de extraerlos, desechando aquello que no le sirve, así nuestro organismo también recibe diariamente un sin fin de emociones. Estas emociones que son de todo tipo de igual manera cumplen una función en nosotros, solo que no sabemos como asimilarlas.

Consideramos como inservibles no solo “Cosas” materiales, sino que somos prontos a deshacernos de situaciones que consideramos basura; sufrimientos varios o circunstancias incomodas. Se nos olvida que nuestro sabio organismo se comunica con nosotros a través de dolores, corazonadas, incomodidad, angustia, disgustos, fracasos, con la finalidad de demandar cambios, en algunos casos urgentes en nuestra manera de vivir.

Nos cuesta muy caro el atacar, esconder o maquillar estos mensajes, y lo más seguro es que terminemos arrepintiéndonos por no haber escuchado y valorado a tiempo estos avisos.

No tires la basura emocional, aquello que quizá ha llegado a tu vida con la finalidad de enseñarte algo; mejor aprende a reciclarla.

Te propongo algo, haz una recapitulación de todo aquello que tiraste a la basura, vivencias personales dolorosas, amargura, soledad, culpa, perdida, desamores; y recuerda también cómo las evadiste o las evades: “Ya no quiero ni acordarme”, “no pasó nada”, “fue sólo una aventura”, “estaba en mis cinco minutos”, “se prohíbe hablar de eso o aquello”. Atontando la mente se evita afrontar lo desagradable, hay muchas sustancias que nos sirven para eso, incluyendo el alcohol y las drogas.

Cuando tiramos sin ningún cuidado las emociones, estas nos contaminan trayendo a nuestra vida “MIEDO”, que se traduce en: “Prejuicios”, “Prevenciones Neuróticas”, “Intolerancia en las relaciones”, “Critica desmedida”, “Fobias”… Y luego esto te lleva al sentimiento de vacío, que trae como consecuencia otra larga lista de formas en las que pretendemos llenarlo, creándose así un círculo viciosos del cuál es difícil salir.

Pero, ¿Cómo puedo reciclar las emociones? ¿Qué pasa cuando no lo hago?

Bien, cuando no reciclamos las emociones estas se transforman en sentimientos negativos y estos a su vez se traducen en enfermedades.

“Intolerancia en las relaciones”, “Critica desmedida”, “Fobias”… Y luego esto te lleva al sentimiento de vacío, que trae como consecuencia otra larga lista de formas en las que pretendemos llenarlo, creándose así un círculo viciosos del cuál es difícil salir.

Pero, ¿Cómo puedo reciclar las emociones? ¿Qué pasa cuando no lo hago?

Bien, cuando no reciclamos las emociones estas se transforman en sentimientos negativos y estos a su vez se traducen en enfermedades.

Escultor: Stephen Fitz-Gerald