07 TÍTERES EMBLÉMATICOS | Page 37

La derrota del español y la cultura infantil occidental. El primer intento del teatro guiñol indígena fue un total fracaso, La caperucita roja y otros cuentos occidentalizados y sus personajes tipo Disney, sufrieron la indiferencia de los habitantes de los altos de Chiapas, con el error fatal de que era totalmente en español, incomprensible para los niños de ahí cuando más curiosos veían el vestido de los personajes, y sus tramas eran totalmente ajenas, después de unos minutos se perdía el interés en ellos, esto ante la desesperación de los actores que eran también hablantes en lengua, pues entre escenario y público, no existía ni comunicación, ni identidad, fue entonces que se pensó en hacer una contextualización de la propuesta, así llego a la dirección del grupo un joven alumno de Seki Sano, llamado Marco Antonio Montero, quien apropiándose del esquema teatral de “La comedia del arte” para sus obras además de incorporar al grupo un interesante equipo de incipientes artistas titiriteros indígenas, así nace “Petul” y su teatro. El ánima de Petul Teodoro Sánchez Sánchez (Tzozil), Músico y campesino, gran y talentoso conocedor de las lenguas principales de la región, dotado con tremenda chispa en la respuesta de humor y la parodia, gran improvisador que establecía una relación muy intima entre “Petul” y el público, cumpliendo con amplitud los objetivos del teatro, elevando al personaje a la categoría de mágico y sabio, su no pertenencia a lo humano ante los ojos del indígena, lo dotaba de la imparcialidad para decidir lo justo, así el valor místico de un objeto que se parecía a ellos sin serlo totalmente que les hablaba en lengua, a cada etnia en particular, que se les aproximaba mucho en el pensar y en el habla, que les evocaba la cosmogonía propia de los objetos que cobran vida como “Las cruces parlantes” cuyas apariciones precedían las insurgencias indígenas, Petul desde su pequeño tamaño ponía en su lugar al insolente con elegancia, desbordaba el humor para convencer indecisos y alentar a los titubeantes, para apropiarse de la salud y la educación de los ladinos sin perder su cultura, será el mejor día cuando Petules de todas las etnias del país levante sus banderas para realizar los sueños truncados, y en todas las voces defender su derecho a ser. (8 de febrero del 2015 Nacho cucaracho). Fuentes: - Rosario castellanos su presencia en la Antropología Mexicana Autor Carlos Navarrete Cáceres. - El teatro indigenista, el teatro Petul en los años cincuenta por Carlos Antonio Castro. - Revista Proceso. Todas las imágenes pertenece al CD El Arraigo Popular del arte titeril en México 1940 -1950 Francisca Miranda Citru-Inba; Padi 2014 37