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UN EDUCADOR ÚNICO José Vergara: de maestro de aula a inspiración en el sur de Los Angeles
COMUNIDAD
Revista mensual
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Cuando José Vergara empezó a enseñar en la escuela Miramonte Elementary, jamás imaginó que terminaría dirigiendo un programa de música a tiempo completo. Era un maestro de aula común, con una pasión silenciosa por la música, pero sin título oficial de educador musical. Sin embargo, como suele pasar con las grandes transformaciones, todo comenzó con una pequeña chispa: diez guitarras acústicas y un sueño.

José nació en la Ciudad de México y se crió entre dos mundos. Su formación musical no vino de un conservatorio, sino de bandas de rock locales, ensayos en garajes y conciertos improvisados.“ Lo que viví en la escena del rock en español aquí en Los Ángeles fue mi escuela”, cuenta. Esa experiencia, aunque informal, le dio las herramientas para enseñar desde la pasión y la creatividad.
Mientras enseñaba tercero de primaria, se dio cuenta de la gran carencia de educación musical en las escuelas públicas.“ Muchos de mis alumnos jamás habían escuchado un instrumento en vivo”, recuerda. Así que comenzó a llevar sus propios instrumentos y tocar en clase. La reacción de los estudiantes fue inmediata y poderosa.
Gracias al consejo de una subdirectora, José se unió a Music Will( antes Little Kids Rock), una organización sin fines de lucro que capacita a maestros de todo tipo para dar clases

UN EDUCADOR ÚNICO José Vergara: de maestro de aula a inspiración en el sur de Los Angeles

El profesor que transformó la escuela Miramonte Elementary con un programa de música que hoy inspira a más de 600 estudiantes
POR FÁTIMA VÉLEZ | L. A.
de música moderna. El taller cambió su vida: recibió entrenamiento, instrumentos y, sobre todo, la validación de su enfoque alternativo.
Con las guitarras donadas, arrancó un programa extracurricular que creció tan rápido que ya no cabían en el salón. Gracias al apoyo de la directora y otros aliados en la escuela, logró convertir ese proyecto en un programa formal de música, financiado con fondos estatales por tres años.
Hoy, José imparte clases de música desde kínder hasta quinto grado, y muchos estudiantes de secundaria regresan voluntariamente a seguir aprendiendo. Una de sus primeras alumnas dirige ahora la banda escolar de su preparatoria, un ciclo completo que llena a José de orgullo.
Para él, la música no es solo notas y partituras, es una herramienta de transformación.“ Lo que no tengo en certificaciones, lo tengo en experiencia y en amor por enseñar. Si uno cree que la música es solo para unos pocos, entonces no ha visto lo que puede hacer en las manos correctas”. �