06 En la Ruta del Titiritero enero-marzo 2015 | Page 62

Cholita.- Momento joven, no es hora de cenar todavía. Hasta que lleguen los invitados. Calaca Villista.- Pos claro seño, fíjese si no sabremos del tema, nosotros ahí anduvimos. Calaca Tragona.- Uy, se me van a hacer tiesos los tacos de carnitas. Cholita.- Pero…cómo van a enseñar… Ustedes no son maestros, no saben pedagogía… Nicolás.- Se van a hacer aguadas mis hamburguesas. Me las trajeron con jitomate. Calaca Villista.- (Interrumpe) Sobre eso último, el único que tiene problemas de aires malolientes es mi compadre Eleuterio. Calaca Golosa.- Se les va a ir el aroma a mis romeritos con mole. Ramón.- Mis tortas de jamón ya están más heladas que yo. Guadalupe.- Las hormigas ya me andan ganando con mi guayabate. Cholita.- No desesperen, creo que ya están llegando los profesores. Compórtense bien, ellos seguro son personas muy finas, decentes... (Entran a escena un grupo de calaveras con atuendos revolucionarios clásicos: sombreros anchos, cananas, pistolas, rifles, zarapes o chaquetas de cuero, botas y casi todas con grandes bigotes. Una viene en su caballo, también calaca, claro. Entran echando bala y gritos.) - ¡¡Ya llegó la bola! ¡Ajajay! - ¡Ábranla que traigo bala! - ¡Ya llegó su padre, calacas cuerpos de matraca! - ¡Arriba la Revolución! - ¡Viva Zapata! - ¡Viva Madero! - ¡Viva Villa! - ¡Viva yo! Cholita.- (Muy molesta) ¡silencio! ¿Quiénes son ustedes? ¿Qué vienen ha hacer aquí? Nosotros estamos esperando unos profesores de Historia, no a unas calacas gritonas… Calaca Villista.- (Interrumpiendo) Pos a eso hemos venido. Cholita.- ¿A gritar? Calaca Zapatista.- No. Les vamos a decir todo lo que siempre han querido saber de la Revolución Mexicana y no se habían atrevido a preguntar. Cholita.- ¿Ustedes? Cholita.- A lo que me refiero es que ustedes no tienen método de enseñanza… Calaca Villista.- (Interrumpe) Ah, cómo no. Enseñamos con música. (A las otras calacas) Denme una guitarra. Cholita.- Bueno, eso de la música no suena tal mal. Tomen asiento, acomoden sus huesos donde quieran. Ramón.- Está lápida es muy cómoda, siéntese señorita. Adelita.- Me llamo Adelita. (Refiriéndose a Torcuatito) ¿Y ese “huerquillo” porque chilla? Guadalupe.- Es nuevo en el panteón, se llama Torcuatito. Adelita.- No tenga miedo, mi’jo. Somos gritones, pero no somos malas gentes. Siéntese aquí conmigo y con mi comadre Valentina. (Las partes cantadas van en ritmo de corrido y están entre comillas. Todas las calacas revolucionarias pueden cantar. La guitarra no dejara de sonar cuando se diga texto hablado.) (Cantan) “Oigan con gusto estos cantos, escuchen con atención, por tantos pobres que había, se hizo la Revolución. Hace un siglo de esa lucha, hace mucho que pasó, gobernaba en nuestra patria, un añejo dictador.” Torcuatito.- ¿Y quién era ese señor? “Su nombre: Porfirio Díaz, muy amigo de los ricos, y a obreros y campesinos, nos echaba puros gritos.”