06 En la Ruta del Titiritero enero-marzo 2015 | Page 61
Nicolás.- Puros cuates.
Torcuatito.- ¡Son calacas!
Guadalupe.- Ay tú, que listo. Ya lo notaste. ¿Y no te
has fijado que tú también eres un esqueletito
parlante?
Torcuatito.- (Se ve) ¡Buuu! ¡Buuuu! (Cayendo en
cuenta) Ay, es cierto… ¿Entonces… estoy muerto?
Ramón.- Toditito.
Guadalupe.- Ya no sea tan chillón. Yo me llamo
Guadalupe y este es Ramón.
Ramón.- Bienvenido Torcuatito, yo también llegué
hace poco al camposanto. Vas a ver que no es tan
malo viv… bueno, estar aquí.
Guadalupe.- Claro, en el panteón no hay que ir a la
escuela, ni hacer tareas, ni bañarse.
Ramón.- ni hay quien te regañe…
Cholita.- (Gritando enojada) ¡Vengan acá, todos.
Miren que tiradero tienen. Se me ponen a arreglar
toditito o no hay fiesta! ¡Y ustedes tragones, dejen
la comida en paz!
Ramón.- Doña Chamoycita… digo, Doña Cholita; no
nos va a poner a trabajar hoy.
Nicolás.- Y usted a mí. Todo el tiempo con su
cantaleta: “ponte a estudiar Nicolás, ponte a
estudiar”.
Cholita.- Gracias a eso pasaste año.
Nicolás.- Hice el esfuerzo para no tener que volver
a verla y de nada me valió. En sexto me volvió a
tocar de maestra y me agobiaba con su
cantaleta…”Ponte a estudiar Nicolás, ponte a
estudiar”. Hice el esfuerzo y terminé sexto, con la
esperanza de librarme de su presencia. Entré a la
secundaria y dio la casualidad que nos mudamos
de casa, ¿quién creen que vivía enfrente?
Todos.- La maestra Cholita.
Nicolás.- Ajá, y cada día se asomaba por su balcón
y me decía:
Todos.- (Divertidos) ¡Ponte a estudiar Nicolás,
ponte a estudiar!
Nicolás.- Exacto. Y yo con tal de no oírla, un día me
tapé los oídos con migajón de pan.
Cholita.- Salió de su casa y no escuchó al camión
que lo atropelló.
Nicolás.- Y usted por avisarme se cayó de su
balcón. Y mi mala suerte hizo que viniéramos a dar
al mismo panteón.
Cholita.- Claro que sí. Sepan que nos visitarán
calaveras instruidas que me van ha ayudar a
enseñarles cosas…
Cholita.- Ya dejemos las platiquitas y a ordenar
todo esto, calaquitas. Quiero que demos una
buena impresión, solicité a otros panteones unos
buenos profesores de Historia.
Guadalupe.- ¡Ay no! Este no es salón de clases y
usted ya no es maestra, Cholita.
Guadalupe.- A mí nunca me gustó, es aburrida.
Cholita.- Claro que sí, mi vocación me acompañó
hasta el panteón.
Ramón.- Yo de eso me morí.
Torcuatito.- ¿De Historia?
Ramón.- No sea así. Cada año nos hace lo mismo.
Nos echa a perder la fiesta con lecciones.
Ramón.- No, de aburrición. ¿Tu, de que moriste,
Torcuatito?
Nicolás.- Esta bien que en vida haya sido profesora
por muchos años, pero acuérdese que aquí ya
estamos todos descansando en paz.
Torcuatito.- Pues…Yo me acuerdo que me le iba a
declarar a una niña de mi salón, que me gustaba
y… yo creo que me morí de vergüenza.
Cholita.- Sigues siendo un burrote y retobado,
Nicolás. (A Torcuatito) Fue mi alumno en quinto
año y me daba mucha lata.
Calaca Golosa.- Pues yo me muero de calor. Ya voy
a beberme esta agüita de horchata que me
trajeron…