POR: LÚA MIRANDA | LA |
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No falta quien lo diga con orgullo:“ Ya llevo 16 horas sin comer”. El ayuno intermitente ha tomado fuerza, sobre todo entre quienes buscan bajar de peso sin contar calorías o seguir dietas extremas. Pero, más allá de las modas y los retos virales, conviene hacer una pausa y preguntarse: ¿ esto es bueno para todos? El concepto no es nuevo. Durante generaciones, en pueblos y ciudades, la gente comía solo cuando había comida, no cada tres horas como hoy. El cuerpo humano, de hecho, tiene la capacidad de adaptarse a ciertos periodos sin alimentos. Algunos estudios lo respaldan: puede ayudar a reducir la grasa abdominal, mejorar los niveles de azúcar y disminuir la inflamación. Suena bien, ¿ verdad?
HAY QUE TENER CUIDADO CON LOS CONSEJOS QUE CIRCULAN EN REDES SOCIALES |
LO BUENO: DAR UN DESCANSO AL CUERPO
Hay quienes notan mejoras reales. Duermen mejor, se sienten más ligeros, incluso bajan ese par de tallas que tanto les molestaban. El ayuno intermitente, practicado con responsabilidad, puede favorecer la sensibilidad a la insulina y mejorar ciertos marcadores de salud cardiovascular. También puede traer claridad mental, mejorar la digestión y ayudar a romper con hábitos dañinos.
Y más allá de lo físico, algunos encuentran un sentido de control que habían perdido con la comida. Recuperan cierta conexión con su cuerpo, como si por fin pudieran escucharlo con claridad.
Eso sí, todo eso ocurre cuando hay un plan detrás. No es dejar de comer por dejar de comer. Es entender qué necesita el cuerpo, cómo reacciona y qué horarios son sostenibles con el estilo de vida de cada quien.
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LO QUE NADIE TE DICE
Pero no todos los cuerpos responden igual. Para algunas personas, saltarse comidas puede causar mareos, mal humor o ansiedad. También hay quienes sin saberlo padecen diabetes o problemas de tiroides, y el ayuno solo complica las cosas. Y en muchas comunidades latinas en Estados Unidos, con jornadas largas de trabajo y poco acceso a información médica clara, este tipo de prácticas pueden volverse peligrosas.
Hay que tener cuidado con los consejos que circulan en redes sociales. No todo lo que está de moda es bueno, ni lo que funciona a otros servirá igual.
Al final, lo más sensato es escuchar al cuerpo y buscar orientación profesional. Porque cada historia es distinta. Y aunque el ayuno intermitente puede ser una herramienta útil, no es mágica. Se necesita cuidado, respeto … y conocimiento. �
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¿ QUÉ DICE LA CIENCIA? Un estudio de la Universidad de California en San Francisco( UCSF) publicado en 2020 analizó a adultos con sobrepeso que practicaron ayuno intermitente( comían solo entre 12 p. m. y 8 p. m.) durante 12 semanas.
Resultado sorprendente: no perdieron signifi cativamente más peso que el grupo que comió tres veces al día sin restricciones de horario.
Además, no hubo mejoras destacables en presión arterial, niveles de azúcar en sangre o colesterol.
Algunos participantes incluso reportaron fatiga, pérdida de masa muscular y sensación de debilidad.
El investigador principal concluyó que, el ayuno intermitente no es una solución mágica y puede no ser más efectivo que una alimentación balanceada.
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