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Además de en el cerebro, un material flexible de este tipo podría usarse para dispositivos para el corazón u otros órganos o para realizar mediciones a través de la piel. Por último, se podría utilizar para fabricar pantallas enrollables o articulaciones de robots "tiernas", como las articulaciones biológicas.

Los científicos señalan que, dado que la tendencia de las nanopartículas a formar cadenas es universal, muchos otros materiales podrían estirarse gracias a este método, por ejemplo, los semiconductores.

Los semiconductores flexibles servirían para la computación, y además podrían extender la vida de las baterías de ión de litio. Los científicos exploran ya nuevas posibilidades.

Medicina avanzada