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Con el arbitraje de Luciano Sánchez y José Mariné, el modesto Kas compitió en la caja de cerillas de la calle de San Prudencio ante 2.000 aficionados (el aforo ordinario era de 900) pero sucumbió en la final por 85 a 80. El legendario Clifford Luyk anotó 40 puntos. Los trofeos los entregó Juan Antonio Samaranch, delegado de Deportes del Movimiento y luego durante décadas presidente del Comité Olímpico Internacional, bajo cuyo ala se celebraron los Juegos Olímpicos de 1992 en su ciudad, Barcelona. El último festival se programó el 4 de abril de 1979, ‘agur jaunak’ incluido. El último pelotazo fue cedido a José María Palacios, ‘Ogueta’, el mejor manista alavés de todos los tiempos. El cierre venía motivado por la apertura semanas atrás de un nuevo y moderno complejo deportivo en Mendizorroza. El baloncesto ya se había movido allí diez años antes, en 1969, con un pabellón propio bendecido por Samaranch. A su lado, los dos grandes y nuevos frontones recibieron el nombre de ‘Ogueta’ y ‘Olave’. Sobre los restos del antiguo Frontón Vitoriano se levantan ahora edificios de viviendas y comerciales y no queda en el lugar ningún recordatorio.

1979

En ese año, el Frontón Vitoriano cerró sus puertas

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