No debe subsistir puesto que se abona por tal concepto o parecido el veinticinco por ciento como subsidio pro combatiente. Como creo que V.I. ignora el total de los impuesto [sic] que pago sobre los partidos de pelota y que ascienden en total a un CINCUENTA Y UNO POR CIENTO. […] Con el cincuenta y uno por ciento de impuestos, no es posible continuar celebrando partidos, por lo que no dudo que esa Corporación de su digna presidencia acordará dejar exento del diez por ciento que se menciona, con lo que esa Excma. Diputación aumentará sus ingresos pues esta Empresa procurará incrementar los partidos de pelota. […] Dios guarde a V.I. muchos años para el bien de la Patria”. Este tipo de escritos a la Diputación eran habituales y el régimen formalmente denegaba la petición pero autorizaba donaciones por cuantías similares a las reclamadas a los empresarios afines.
En las décadas siguientes, el Frontón Vitoriano fue modernizándose. Su estructura definitiva emergió tras una reforma integral en la década de 1960 que incluyó bar y hasta sistema de calefacción bajo la cancha. Fue entonces cuando, además de pelota vasca, se convirtió en la sede del equipo de baloncesto de la ciudad, el Kas, que daba continuidad a la sección de ciclismo impulsada por la conocida marca de refrescos alaveses, ahora parte del grupo Pepsi. Aquel Kas luego se instaló en Bilbao y un joven Vasconia (ahora Baskonia) empezó a tomarle el relevo como equipo de referencia en Vitoria, en Álava, en Euskadi, en España… y en Europa.
COPA DEL GENERALÍSIMO. El punto álgido de la relación entre el Frontón Vitoriano y el baloncesto llegó con la disputa de la fase final de la Copa del Generalísimo, el equivalente a la actual Copa del Rey. Los días 27 y 28 de mayo de 1967 se disputaron las dos semifinales, la final de consolación y la gran final en un recinto que no estaba, ni mucho menos, preparado para la práctica del deporte de la canasta: ¡una de las bandas estaba pegada a la pared! Jugadores de la época, como Pepe Laso, han reconocido que se apoyaban en ella para darse impulso y era difícil gestionar las fueras y los saques. Los locales vencieron por 91 a 81 en su cruce con el Juventud de Badalona y el Real Madrid barrió en la otra semifinal al Estudiantes.
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Vista interior del Frontón Vitoriano