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En ese sentido, ¿no se pierde un poco la esencia de la calle al alquilar, como ha hecho VESA, locales a un gimnasio o a un supermercado, por ejemplo?

Al revés, al revés. Probablemente los funcionarios quieran un lugar de paseo de jubilados. Que tenga todo el mismo color, que haya el mínimo de luces, que esté todo apagado y sin ruido y que no haya ningún accidente ni haya nada de nada. Eso es la muerte. Lo bueno es que puedan convivir vecinos, que puedan vivir. Lo peor es un edificio vacío. Para mí es brutal que haya un edificio en Dato muerto de risa, sin ningún sentido. Que el edificio del BBVA esté prácticamente en chasis no tiene sentido. Que tengan que pasar decenios, no años ni lustros, sino decenios, diez, veinte, treinta, cuarenta años, hasta que se tome una solución me parece un desastre.

El coste de oportunidad social que tiene un espacio sin utilidad, sin uso, me parece brutal. Aquí la subactividad no se valora, pero creo que habría que valorarla: la pérdida de trabajo, la pérdida de valor del inmueble, la pérdida de valor de todos los inmuebles que están alrededor, la pérdida de puestos de trabajo, de impuestos. Me parece que es un lujo que Vitoria no se puede permitir, el peor error que puede tener una ciudad: los espacios muertos. Y en Vitoria hay una afición horrible a que haya espacios muertos; es como el triunfo de un funcionario, conseguir cerrar edificios. 

Que no haya actividad, que no haya puestos de trabajo, que no haya cosas que hacer es un castigo. No me parece un motivo de satisfacción, ni mucho menos. Tampoco es bueno que, a partir de una hora, la ciudad esté muerta. Es bueno que haya vida por la noche. ¿Qué es lo que sobra? Un funcionario me decía que las luces y el letrero no están en normativa. ¿Cuál es el ideal de esa persona? Un circuito de jubilados. Que a poder ser esté todo apagado y haya un relax total.

Si tuviese la posibilidad de cambiar algo, lo que fuera, o reabrir algún local de la calle ya cerrado, ¿qué haría?

Libertad. Cumplir la normativa y cumplir la ley, pero libertad. No entendida como los salvajes, sino como que yo no me meto a evaluar ni condicionar la vida de los demás. Yo tengo una iniciativa que es válida con ese entorno y que no interfiere en la vida de los demás de forma sustancial. 

Pero, si pudiera reabrir, por ejemplo, el Gran Cinema Vesa, ¿lo reabriría?

Uno de los problemas que está teniendo el entretenimiento, aquí y en muchos sitios, son las economías externas. Lo que produces de valor al resto está penalizado. Vitoria penaliza las economías externas. Por estadística, una persona se gasta unos 26 euros yendo a un espectáculo. Si va al cine y la entrada cuesta seis euros, se gasta otros veinte euros en el entorno. A priori la idea podría ser positiva, porque de alguna forma se dinamiza la zona. En cambio, a mí me castiga eso: cuanta más dinámica cree en mi entorno, más impuestos tengo que pagar de IBI, de actividades económicas.... Un centro comercial, en cambio, analiza y contabiliza perfectamente las economías externas. ¿Cuál es la solución? ¿Que cierre los locales para que no vaya gente y baje de valor y así me salga más rentable? Ese es un problema muy serio y va a ser más serio todavía.

¿Cómo les ha afectado la pandemia? ¿Cómo sienten las restricciones que se están aplicando al sector cultural?

Me duele cuando dicen "¿qué prefieres: la salud o el negocio?" Es que es absurdo. ¿Cómo me pueden hacer esa pregunta? Obviamente es la salud. El único tema es quién paga. Entiendo que cerremos porque es bueno para todos, sobre todo al principio cuando no había conocimiento científico del problema, Pero nadie nos retribuyó por la contribución a la salud. Y encima se ha discriminado, ha habido sectores económicos que han salido fortalecidos de esta situación. Eso es lo que a mí me parece injusto. 

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