y otro implícito el cual es necesario para el desarrollo verosímil de la acción dramática y el proceso de maduración de los personajes.
La transformación de la sociedad medieval es ya palpable en esta obra.
Por un lado, en el establecimiento de nuevas relaciones entre los distintos estratos sociales, la nobleza fue desplazada por la alta burguesía, es la riqueza lo que determina el prestigio social. Por otro lado, en la configuración de un nuevo código moral cuyos principios son, la conciencia de la propia individualidad, el anhelo de libertad, un pragmatismo orientado a la búsqueda del provecho propio y por último el afán de lucro.
En la obra, confluyen dos registros idiomáticos, el culto y el coloquial. Los personajes utilizan uno u otro según las necesidades de la situación comunicativa: Celestina, cuida su lenguaje en presencia de los señores y suelta retahílas de dichos populares en contacto con rufianes y prostitutas
El dialogo adopta las siguientes modalidades: el oratorio, el destenso, el conversacional y los monólogos, en ellos los personajes desahoga sus emociones, expresa sus conflictos anímicos y muestran su carácter.
Las acotaciones, son las indicaciones del dramaturgo sobre las circunstancias en las que se desarrolla la acción, se intercambia hábilmente en los diálogos o monólogos. Solo hay un caso de acotación explicita en la obra de Rojas: en el argumento del acto y da cuenta de la entrada de Calisto en el huerto de Melibea.