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no fue hasta fecha tan tardía como la década de 1990 en que surgieron los primeros estudios que trataban la participación española en la liberacion de francia

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FIGHTING BASQUES

De Charles de Gaulle se ha ponderado siempre en el país vecino la persistencia rayana con la intransigencia, la tozudez, el hacer rancho aparte incluso contracorriente (ese chauvinismo legendario) para reclamar la pervivencia de su proyecto de una Francia Libre desde aquel día 14 de julio de 1940 en el que, para conmemorar el día nacional, se atrevió a lanzar un mensaje al mundo poniendo a desfilar delante de la estatua del mariscal Foch en Grosvenor Gardens (Londres) a sus poco más de 1.000 leales, contraviniendo la legalidad de un país que ya había capitulado. Entre ellos había un centenar [1] de exiliados republicanos procedentes de la 13e Demi Brigade de la Legión Extranjera, y un número incluso superior de expatriados de todas partes. Un enorme ejército colonial (equipado primero por el Reino Unido y después por los EEUU), formado durante el largo periplo norteafricano entre 1940 y 1943, desembarcó en el territorio metropolitano en el verano de 1944 y contribuyó a la retirada de los alemanes por detrás del Rin y a su posterior derrota.

Se trataba de un ejército que reclamaría un protagonismo desmedido entre las fuerzas de ocupación, pues la dependencia que se tenía de las potencias aliadas era total.

Sin acabar la guerra ya se empezó a gestar el mito de la resistencia gaullista (algo que respondía a la personalidad del propio general francés [2] a fin de legitimarse en el nuevo estado surgido tras el final de la Segunda Guerra Mundial. Miles y miles de chapas de las Forces françaises de l'intérieur (FFI) numeradas y certificadas fueron repartidas entre los ciudadanos de la Francia metropolitana, convirtiéndose, con toda probabilidad, en la insignia más común del coleccionismo de ese período. Con la capitulación de Alemania, la numerosa presencia extranjera entre las fuerzas francesas fue excluida de la memoria colectiva porque sencillamente no interesaba.

No fue hasta fecha tan tardía como la década de 1990 en que surgieron en el país los primeros estudios que trataban, particularmente, de la participación española en la liberación del país. Diego Gaspar Celaya en su libro La guerra continua. Voluntarios españoles al servicio de la Francia Libre (1940-1945) cita a Dennis Peschanski, Geneviève Dreyfus-Armand y Émile Témine.

En España, la indiferencia de las autoridades surgidas de la larga noche del franquismo (un momento en que esta memoria era una patata caliente) unida a la falta de apoyo de la izquierda española, siempre dividida (cuando no por pura repulsión hacia lo militar), ha hecho que todo el esfuerzo haya recaído sobre las espaldas de un puñado de investigadores, novelistas y algún grupo de Recreación Histórica (AHC “La Nueve” y más recientemente Koufra España).

Circunscrito al caso vasco y navarro, la Asociación Sancho de Beurko ha definido desde 2015 el proyecto de memoria “Fighting Basques” (FBP), que une materiales de investigación (particularmente biográficos) y fotográficos, obtenidos en escenografías de alto rigor histórico, que pretenden poner en valor su participación con los aliados en la SGM.