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El ministro Arrese es recibido por Hitler en su refugio de Los Alpes bávaros el 21 de enero de 1943. Germanófilo convencido, pretendía instrumentalizar la entrega de los niños de la guerra como parte de su propaganda pronazi y anticomunista, pero el barco que les traía de Finlandia vía Estocolmo llegó tarde por una avería y ya había abandonado Alemania (https://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:AresHit1943.jpg).

FIGHTING BASQUES

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Es precisamente en “Diario de un extranjero...” donde el relato de Malaparte —en cuyo ánimo está sin duda desacreditar a Foxá, a quien sabe burlado por el éxito de Kapput, en la que el italiano le dedica una atención especial, tachándole de “cruel y funesto, como todo buen español”— completa esta historia de una manera creíble, sirviéndose de la ironía e incluso el sarcasmo para despreciar al diplomático franquista con franca enemistad, arrojando luz sobre una situación (la de los muchachos españoles, víctimas inocentes de una historia en la que no han tenido más decisión que la de alistarse en las milicias de Leningrado) que sabe que le dejará en mal lugar, aunque paradójicamente fuese publicada cuando ambos ya habían muerto. Y es que la cuestión de por qué los jóvenes tardaron tanto en regresar a España tenía que ver tanto con su resistencia (según Malaparte, se negaban a reconocer a Franco, a pesar de las amenazas sufridas durante el cautiverio), como con el momento elegido por la diplomacia española, ya que se les quería hacer coincidir con la visita a Berlín del ministro José Luis Arrese, cuestión que Malaparte desconocía y que tanto Tabernilla como González demostraron cotejando los documentos oficiales depositados en el AGA y la prensa de la época.

El grupo que fue enviado a Alemania a comienzos de 1943 estaba formado por 18 jóvenes, que se fotografiaron en Helsinki con el vicecónsul Rafael Sánchez antes de embarcar en una imagen que publicamos aquí en verdadera primicia: Eduardo Díez (Barakaldo, 1923), Luciano García (Laviana, 1924), Francisco Justo (Donostia, 1923), Luciano Linares (Barakaldo, 1924), Manuel Méndez (Gallarta, 1925), Melquiades Menéndez (Gijón, 1924), Enrique Palacín (Bilbao, 1924), Florentino Pérez (Oviedo, 1925), José Manuel Quintín (Gijón, 1926), Luis Suárez (Oviedo, 1923), Joaquín Ubierna (Errenteria, 1922), Luis Vega (Sama de Langreo), Rubén Vicario (Barakaldo, 1923), Esteban Echevarría (Bilbao, 1923), José María Mendiologoitia (Bilbao, 1924), Leandro Rodríguez (Bilbao, 1922), Ángel Herrero (León, 1923) y José Larrarte (Donostia, 1923). Faltaban Antonio Ibáñez (Orduña, 1925) y Jesús Erice (Donostia, 1924), fallecidos durante el cautiverio en Finlandia, Manuel Recarey Gardeta (Errenteria, 1923), quien podía estar aún hospitalizado en Finlandia, y Celestino Fernández-Miranda (Oviedo, 1924), que fue el primero en regresar a España (2). Sin embargo, el viaje, que fue ordenado el 13 de enero de 1943 para hacerlo coincidir con la visita a Berlín del ministro-secretario general de FET y de las JONS José Luis Arrese, se vio retrasado hasta el 26 de enero por una avería en las máquinas del barco que debía llevarlos hasta Estocolmo, día en que este finalizaba su visita al Reich. Por lo que no pudo rentabilizar políticamente aquella gestión, como sin duda era su deseo, al menos para reforzar su posición en el gabinete, pues es sabido que omitió consultar al propio ministro de Exteriores, Francisco Gómez-Jordana, sobre su intención de acudir a Berlín para entrevistarse con Hitler.