n día un niño travieso que
molestaba y jugaba por el alrededor
de la casa (quizás un sobrino o nieto
de los dueños de la casa) Así que
Alberto le dio por silbar duro más que
otros días. El niño paro bolas y se dio
cuenta que había una jaula pequeña
con un ave gris que permanecía en un
palito a la mitad del espacio de donde
habitaba y que silbaba fuerte y
hermoso para llamar la atención.