lberto se encontraba en una casa
fea donde la gente iba y venía…
pasaban por ahí, con afán y sin
sentido.
Él había crecido ahí, en una jaula
donde no se podía mover mucho,
apenas podía subir al palo de la mitad
de la jaula y su cabeza al rozar los
barrotes le indicada el límite del
techo, bajaba a tomar agua, a comer,
luego volvía y subía a silbar.