¿Quién extraña
sus arcos secretos,
sus conversaciones silentes,
sus musgos de fuego
alrededor de la casa?
Quizás diásporas esparcidas
al punto de extraviarme,
en un paisaje
que logra ausentarse
de la memoria.
Apamates
II
Árbol de corteza añosa
y aposento de aves envejecidas.
¿Quién introdujo centellas en tu follaje?
¿Quién auguró luna de agua en tu fronda?
Llevas siglos apostando a mi sangre,
a trazar mi genealogía
de edades inclinadas.
A presentir las aguas de la casa
desde tu armadura ancestral.
En silencio esparces
tus flores fucsias
(ese manto que colorea tu sombra)
desde tu verdor añoso y atemporal
y sólo enmudeces
desde el fondo de tus grietas milenarias.
Cuanto giras
en tu armazón añosa
e irregular,
en la arenisca que te aguarda,
son sólo flores crispadas al viento.
En su brevedad
desaparecen al tacto,