A pesar de la alharaca
VII
Apesar de la alharaca,
no mudas
en vano tu ropaje.
Las vetas que exhibes,
los nudos,
los ramos arqueados,
tu ramazón aireada,
tus calendarios puntuales
son apenas códigos
que guían tus pasos,
en resinas exactas,
cuidadosamente requeridas,
en inciensos que maduran
sin prisas,
escrutando en silencio
tus propias savias.
Distante,
distante de las resonancias
que se alejan de tu rumbo.