donde entre espigas crece la nostalgia
es un pretexto a ratos).
La memoria guarda sus cauces,
y el fuego arde en los sueños
donde en espejos furtivos
el asombro, la rabia, el miedo palidecen.
Sin ritos ni aderezos,
sigues reciclando tus anillos leñosos.
Las antorchas, danzas, cantos
y las rasgaduras en las cortezas,
son rastros de novios en mitad del parque.
Lejos,
lejos de la alharaca,
iniciaron rituales alrededor de tus brozas.
Lejos,
aún sigues presintiendo
la sangre
en las cortezas rasgadas
con trazos de asombro.
Cerca,
muy cerca sientes
el rayo,
los hachazos, las dentelladas
de otros adoradores.