ZOUK MAGAZINE (Versión en Español) NÚMERO 6 | Page 37
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tar no solo al cuerpo, si no también al alma.
La kaiseki ryori es un verdadero ejercicio de
perfección, una experiencia cultural más que
gastronómica. Consiste en una larga serie de
pequeños platos minimalistas, creados a partir
de ingredientes estrictamente de temporada,
elaborados con técnicas orientadas a exaltar su
sabor original y maravillosamente presentados para no sólo calmar el apetito, si no satisfacer también el espíritu. Contenido y forma son
igualmente esenciales.
La vajilla está formada por auténticas obras
de arte, cada pieza es diferente, con un significado específico, elegido según reglas precisas
para que armonice con el plato. La atmósfera
es también fundamental para que el almuerzo,
además de una experiencia gastronómica, se
convierta en un ejercicio de admiración de la
belleza del arte, la caligrafía (shodo) y la naturaleza. Es una cocina que se degusta sobre un
tatami en habitaciones privadas, silenciosas y
minimalistas, sólo decoradas con shodo, para
no distraer la mente y maximizar el deleite.
La naturaleza, otra gran protagonista, está
virtualmente presente en todos los platos, donde el chef dibuja preciosos paisajes, pero tam-
bién en el panorama del jardín zen del patio
interior del restaurante, siempre visible desde
los ventanales y dando forma a un microcosmos creado para relajar la mente y disfrutar de
una refinada experiencia.
LA INFLUENCIA DE LA COCINA KAISEKI EN LA
VANGUARDIA CULINARIA OCCIDENTAL
Cierto es que muchos de nuestros chefs más
afamados han hecho de Kyoto, la cuna de la alta cocina tradicional japonesa, lugar de continuas peregrinaciones. De la cocina kaiseki han
obtenido inspiración, no solo a la hora de crear
nuevos platos, si no también introduciendo
otros elementos clave de esta disciplina tan
antigua pero tan vanguardista para nuestros
ojos. ¿Qué opinaría de ello Okakura Kazuko?
Pensamos en los menús compuestos por una
larga serie de platos de elBulli, en cómo los
restaurantes de alto nivel están en continua
búsqueda de nueva vajilla, a ser posible piezas
exclusivas, en los elementos multisensoriales
introducidos por algunos chefs para complementar los platos, como los famosos cascos
para escuchar el mar en Fat Duck o a la cenas
psicodélicas de Paul Pairet en Ultraviolet... Y