ZOUK MAGAZINE (Versión en Español) NÚMERO 6 | Page 15

15 que presupuesto para educación en Catalunya, Alberto nos comenta que “me parece respetable su trabajo aunque no sea el sitio en que prefiero pasar mi tiempo”. Pero no deja de ser sintomático que el fenómeno exista. Es reflejo de una realidad, de querer volver a lo auténtico, de copiar, versionar algo que ya existe pero con un grado superior de pretenciosa calidad, en mi opinión. Si parece una bodega pero no es una bodega, igual no es una bodega y es un restaurante con pinta de bodega. “SOY TREMENDAMENTE FAN DE BARES Y BODEGAS NUEVOS QUE EVITAN QUE CAIGAMOS EN RUTINAS ABURRIDAS” Tras esto, Alberto nos da a conocer su punto de vista sobre qué le pide a un garito. “Tres cosas: que tenga taberneros/as majos (o tan odiosos que le den la vuelta al marcador y tengan su qué), que el garito tenga encanto (por viejo o por nuevo, pero que se sientas cómodo como para charlar con la banda) y que se coma bien. No siempre han de coincidir los tres, aunque se agradezca infinitamente. Eso puede aplicarse tanto a garitos nuevos como a bodegazos centenarios. Soy tremendamente fan de bares y bodegas nuevos que evitan que caigamos en rutinas aburridas. Aunque resulte recurrente, siempre pongo por caso a la Bodega La Tieta de Poble-sec o al Celler Cal Marino, en el mismo barrio: un producto muy bien escogido en un lugar en el que se puede ser muy feliz sin hacer ningún esfuerzo. También puede darse el caso de que bodegas antiguas y patrimonialmente interesantes se tornen en un bodrio infumable y, aunque me pueda dar más pena este caso que el del declive del sitio-nuevo-molonguer-timo, no deja de ser motivo de tristeza. La gente invierte tiempo, dinero y esfuerzo en un proyecto y, si sale mal, tampoco se trata de rematarlo sino al contrario. Lo más constructivo es ayudar y empujar. Si alguien al cargo de un negocio de este tipo baja la guardia, no hay que permitírselo, de la misma manera que esa persona puede haberte alegrado el día cuando tú no lo tenías”. Declaración de principios para acabar un gran día.